El ERTE (expediente de regulación de empleo temporal) que Stellantis negocia con los sindicatos en Vigo para hacer frente a la crisis de los microchips el próximo año afectará finalmente a casi 5.000 trabajadores. La dirección de la planta ha aceptado la petición de los representantes de la plantilla de ampliar el ERTE a todos los trabajadores que tengan un contrato indefinido, incluyendo aquellos que estén a tiempo parcial, por lo que el número de afectados pasará de los 3.700 que planteaba la factoría (los que tienen contratos a tiempo completo) a casi 5.000, según indicaron ayer fuentes de ambas partes. El ERTE propuesto por Stellantis es de 90 días a consumir entre el 1 de enero y el 31 de diciembre una vez se agoten los mecanismos de flexibilidad laboral internos de la planta (días de adecuación de jornada y bolsa de horas).

La de ayer fue la segunda reunión entre la empresa y la representación social de negociación del ERTE presentado para 2022. Los sindicatos realizaron sus consideraciones a la dirección en relación con la documentación presentada, solicitando más medidas de acompañamiento social. Además de solicitar incluir a los tiempos parciales en el colectivo de trabajadores con cobertura del ERTE, la mayoría de las centrales rechaza el número de días fijado por Stellantis (90), al entender que los problemas de desabastecimiento de componentes por la falta de semiconductores tenderán a solucionarse a lo largo del próximo año. La empresa, por su parte, es más pesimista en este punto y prevé que no se resolverán hasta bien entrado 2023.

Para adaptar la actividad de los turnos de noche y fin de semana del centro a los vaivenes de la producción por la falta de microchips, la dirección de la factoría también ha planteado crear dos bolsas de horas específicas para cada uno de estos colectivos. Sobre la parte económica, la empresa descarta por ahora complementar los salarios.