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Talento gallego en el séptimo arte

Una animación sobre una guerra contra unicornios, el universo íntimo del director Óliver Laxe y la visión de una hija sobre su padre marino, temas de próximos filmes galaicos

Fotograma de "Vilela ou a vida na montaña", de Antón Corbal. // A.C.

Olaia Sendón lleva un año de 'resacas'. Además de las buenas noticias de su vida personal -va a ser madre-, consiguió este 2016, por tercera vez, que un trabajo suyo fuese seleccionado para el Festival de Málaga, Kauflanders, donde una generación mostraba sus frustraciones, anhelos y lamentaciones. El filme se proyectará en Galicia este mes, en A Coruña el día 16 y el 20, en Vigo, en el Auditorio Municipal, dentro del Cineclube Lumière.

Para este segundo semestre, la vida le tenía guardada otra sorpresa a esta realizadora olívica y profesora de la Escola de Imaxe e Son coruñesa, al entrar dentro de los 13 proyectos subvencionados por la Axencia Galega das Industrias Culturais (Agadic). Su nuevo proyecto lleva el nombre de Fisterra, carne de safari, un proyecto "complicado", según sus propias palabras para el que recibirá 6.000 euros.

La cineasta promete un documental experimental donde jugará con la realidad sin retomar el testigo de Lois Patiño y su Costa da Morte. "É unha zona especial. Patiño ten unha visión especial da paisaxe. No seu traballo, verqueu parte do seu imaxinario e, a min, chirríame porque esa zona é algo máis ca unha paisaxe brutal", explica una persona que sintió la necesidad de hablar de la tierra de otra manera -pasó veranos de su infancia en Sardiñeiro-, fuera de tópicos y experiencias filosóficas, vinculándola a sus habitantes y también al magnetismo que sienten los peregrinos al llegar, así como a la propia experiencia de Sendón que incluirá imágenes suyas recorriendo el lugar en bicicleta o kayak.

Otra visión femenina que ha decidido subvencionar Agadic es la de Diana Toucedo Crespo. La realizadora redondelana, que lleva casi 13 años trabajando en Barcelona, aún está moviendo por Galicia su trabajo documental Todas as mans, que presentó en Cineuropa y Primavera de Cine de Vigo, mostrando comunidades de montes con proyectos especiales; así como su corto Homes.

Ahora, sacará adelante Porto desexado -para el que dispondrá de una ayuda de 30.000 euros- con el fin de mostrar un proyecto personal sobre su padre. "Será un filme autobiográfico sobre mi padre que trabaja en Argentina en la pesca para una empresa española desde hace casi 20 años. Mostraré mi relación con él, una relación distante. Para mí, la figura paterna está y no está, al mismo tiempo", expresaba a este diario sobre su futura obra.

Porto desexado amplía un trabajo precedente, un corto de 18 minutos que tituló Imágenes secretas en el que mostraba una carta audiovisual a su padre. En él, recordaba cómo el corsario inglés Cavendish bautizó a las tierras australes como Port Desire, de donde derivaría el título de su próximo filme. Ahora, con este nuevo trabajo, espera en octubre realizar el rodaje con el fin de "embarcarse" con su progenitor para retratarlo.

Por su parte, la viguesa Sonia Méndez contará con 5.000 euros de Agadic para elaborar el guion de su primer largo de ficción, A vida sutil, donde contará la historia de una joven que recibe una ayuda para escribir un guion para un largometraje y que marcha a su aldea a escribirlo encontrándose con los antepasados. Allí, empezará a pensar si ha alcanzado la felicidad en la vida, muy conectado con la idea de madurez que tenía de niña y la que presenta ahora. Para esta cineasta, "toco proceso creativo é autobiográfico", por lo que parte de ella se mostrará en este filme que se desarrollará en la zona de O Rosal (Pontevedra).

Méndez también aprovechará para reflexionar en la película cómo la persona creadora va transformando la obra durante el proceso creativo y como este, a su vez, transforma al artista.

La huella que deja la aldea de los antepasados en el sentir personal también tendrá importancia en el trabajo de Antón Corbal, Vilela ou a vida na montaña, que recibirá 30.000 euros de la Axencia Galega. Esta pieza, un documental, cuenta con el director de cine gallego Oliver Laxe (que triunfó en Cannes con Todos vós sodes capitáns e As Mimosas) como protagonista. El equipo de Antón Corbal (Cambre, 1986) arranca el relato en una sala de edición en una casa de las montañas de Marruecos donde trabaja Laxe. Allí, este y Corbal dialogan sobre diversos temas, entre ellos, el regreso de Óliver a la aldea de sus antepasados, Vilela, en las montañas lucenses, para grabar en blanco y negro y 16 milímetros su película Santos#2. "Supón un exercicio de arraigamento cos seus antergos, cun sentimento de volver á terra, á natureza, a unha vida máis simple, sen tanta superficialidade", explica el cineasta quien añade que en este filme Laxe también habla de su cine, de sus proyectos, de su misticismo y forma de ver la vida, en fin, de su "mundo íntimo".

Aunque algunas imágenes ya han sido filmadas, este verano se retomará el rodaje, según explicó Antón Corbal quien confía en rematar las postproducción entre fin de año y principios de 2017.

Este proyecto iba a ser, en principio, un cortometraje. En la anterior convocatoria, Agadic lo dejó sin ayuda. No obstante, Corbal decidió seguir apostando por él pero transformándolo en un largometraje documental que, finalmente, ha logrado la subvención de la Xunta.

Ya en el campo de la ficción y animación, Alberto Vázquez (Psiconautas, Decorado, Birdboy, Sangre de unicornio) escribirá con ayuda de Agadic el guion de su próximo largometraje de dibujos animados, Unicorn Wars. Su fin es realizar un filme en 2D que presentará una historia de una fantasía bélica en la que una compañía de reclutas de ositos saldrán a la caza de unicornios. Sin embargo, algo saldrá mal desencadenando una guerra. Vázquez explicó que servirá para "parodiar las películas bélicas". Si todo va bien, la producción durará dos años.

Otro proyecto subvencionado es el de Alex Cancelo (Tres días. Un barco. Auga; Contrafaces) que se titula Lázaro. "Trátase dunha historia de ficción sobre un emigrante galego do século XIX que correrá unha aventura amazónica no Uruguai. Lázaro é un mozo envolto nunha epopea. Botaba en falta na ficción galega trata-la nosa emigración como fan os anglosaxóns, como se fose unha epopea", explicó el cineasta para quien recibir la ayuda de Agadic para escribir el guion de esta película es "un luxazo".

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