En los Estados Unidos la enfermera Nina Pham, que recientemente superó el ébola, se reencontró ayer con su perro "Bentley" al concluir los 21 días de cuarentena a los que fue sometido el animal. "Gracias por cuidar de 'Bentley', como si fuera vuestro y por mostrar al país que abundan la pasión y el amor", dijo Pham, que recibió el alta el pasado 24 de octubre, a los veterinarios.

Pham y "Bentley" se reunieron en las instalaciones del centro de cuidado de animales de Dallas (Texas), en las que estaba aislado, y luego jugaron en un parque donde la enfermera ofreció declaraciones a los medios. "Tras ser diagnosticada de ébola, no sabía qué pasaría con 'Bentley' o si tendría el virus", comentó la enfermera, que reconoció su "miedo" por el estado de uno de sus "mejores amigos". Pham formaba parte del grupo de trabajadores sanitarios que atendió al ciudadano liberiano Thomas Eric Duncan, el único enfermo de ébola que ha fallecido en EE UU. "El perro es muy importante para la paciente y queremos que esté a salvo", dijo entonces el alcalde de Dallas, Mike Rawlings. Durante los 21 días de cuarentena, los veterinarios realizaron diversas pruebas a los orines y excrementos del animal en busca de rastros de ébola, todas con resultado negativo.

La experiencia del perro evoca el caso de "Excálibur", el perro de la auxiliar de enfermería contagiada por ébola en España, Teresa Romero, que no corrió la misma surte de "Bentley" y fue sacrificado por las autoridades de ese país, pese a que no existían pruebas de que estuviera contagiado. Por otra parte un juez de Maine dio ayer la razón a la enfermera Kaci Hickox que rompió su cuarentena decretada ante la posibilidad de un contagio de ébola.

También, el doctor Craig Spencer, único caso de ébola registrado en Nueva York, ha evolucionado de una condición "grave pero estable" a "estable", según anunciaron las autoridades sanitarias.