Angustia, soledad, frustración, sensación de vacío. La pérdida de un hijo, aunque solo haya vivido dentro del vientre materno unas semanas, genera en sus padres todo un río de emociones que, en muchas ocasiones, se ven obligados a silenciar porque la muerte, más aún la que sucede en el útero materno, aún es un tabú social y no recibe el apoyo social que necesita.

Beatriz Fernández es madre de una niña de cuatro años y perdió otros cuatro hijos en tres abortos (uno de ellos era gemelar). El primero sucedió en 2007 y esta joven gallega se encontró sola ante esa pérdida. Técnica en Educación Infantil y cofundadora de la Asociación Ser Doulas en A Coruña –la primera en Galicia dedicada a acompañar a mujeres en todas las etapas de la maternidad– se dio cuenta de que había cientos de mujeres en su misma situación. De la tragedia consiguió sacar algo bueno y durante estos años ha investigado y trabajado sobre el duelo por las muertes prenatales y neonatales en España "para que estas pérdidas dejen de ser invisibles y las mujeres y sus familias tengan derecho y herramientas para vivir su duelo", afirma.

"Nunca en un entierro he oído que alguien diga a la viuda: ´Tranquila mujer, ya encontrarás otro hombre´. Sin embargo, la madre que pierde un hijo sí es consolada con este tipo de frases: ´Eres joven, ya volverás a quedarte embarazada´ o ´Solo era un grupo de células´. Eso no ayuda a la madre sino que la sume más en su soledad", explica Fernández.

Los abortos son algo muy habitual en estos momento. "El 25% de las mujeres aborta alguna vez, y el 5% de las familias sufren tres o más abortos", explica Fernández, por lo que cree "imprescindible" que el personal sanitario comience a dar mayor importancia al cuidado de estas mujeres "La mayoría de los hospitales no dan a los padres la opción de ver a sus hijos perdidos y despedirse; a algunos les parece una aberración. Además, la sanidad pública no cubre el apoyo psicológico si el aborto espontáneo se produce dentro de las semanas en las que la ley permite la interrupción voluntaria y aún en estadios muy avanzados de la gestación y el feto es considerado un desecho quirúrgico", enumera la doula.

Beatriz destaca lo traumático que resulta para la madre el aborto y posterior legrado. "Todas las expectativas, las ilusiones creadas alrededor de ese bebé se terminan en cuarenta minutos y procesar eso es muy difícil". Por ello apuesta por que en todos los hospitales (en estos momentos solo se ofrece en algunos) se de a la madre la opción de tener un "aborto expectante", en su casa. "Siempre que las condiciones médicas lo permitan es una forma de aborto más natural que deja que el cuerpo actúe por sí mismo y el cambio hormonal no es tan brusco, lo que ayuda también al proceso de duelo", describe la experta.

Esta semana la doula ha estado en Madrid, donde ha formado el primer grupo de España de acompañamiento de duelo presencial llamado "Superando un aborto", en el que ayuda a las familias de manera gratuita. "En Galicia aún no ha sido posible algo parecido y hago esos acompañamientos por separado con cada familia", apunta.

Beatriz destaca el hecho de que su trabajo "no sustituye al de un psicólogo o psiquiatra: hay casos que precisan psicoterapia y tenemos muy buenos especialistas para tratarlos", concluye.

"Todos los padres deberían tener la opción de despedirse"

"El duelo por algo que no hemos visto nunca es más difícil de procesar", asegura basándose en su experiencia y en varios estudios Beatriz Fernández. Por ello, la experta opina que todos los hospitales deberían "por lo menos, ofrecer a la familia la opción de ver a sus hijos y estar un rato con ellos para despedirse". En la actualidad, asegura que "es algo que no suele suceder". La situación es muy diferente en otros países como Holanda y Estados Unidos. "Allí, todos los hospitales tienen una pequeña salita en la que, no solo los padres, sino toda la familia, puede estar con el bebé y despedirse de él o vestirle con su ropita o hacerle una foto... lo que cada uno crea conveniente", describe. Incluso, añade, a los bebés que nacen muertos y a los que no llegan al final del proceso "se les recogen las huellas dactilares, se les preparan recordatorios y hasta álbumes con sus fotos".

En España, los bebés que no viven más de 24 horas legalmente no han existido. Sin embargo, las sensibilidades van cambiando y la doula explica que hace un año se creó un registro paralelo en el que, "aunque sin ninguna validez legal, puedes inscribir a tu hijo y sentir al menos que ha existido". También hay un fotógrafo en Galicia, Francisco Ares, especializado en fotografía de bebés y lactancia, que se ofrece de manera gratuita para ir al hospital y fotografiar a estos bebés para que sus padres tengan un recuerdo tangible.

Enterrar en España a un bebé que ha nacido antes del fin del embarazo es también un proceso complicado. "La pareja puede pedir por vía judicial, de forma urgente, que se lo entreguen, pero en esos momentos nadie tiene fuerzas para pelearse y la mayoría de los padres ni siquiera saben que pueden hacerlo", reflexiona la doula.

La especialista recuerda también la importancia del duelo en los papás. "A ellos la sociedad les permite menos llorar y suelen enterrar la pena debajo de la alfombra; su duelo llega muchas veces varios meses después de la pérdida, cuando la madre se encuentra mejor".