“Responsabilidad civil del médico y responsabilidad patrimonial de la Administración sanitaria”. En este estudio analiza más de 2.000 sentencias, principalmente del Tribunal Supremo, con el objetivo último de “promover un tipo de medicina más preventiva y evitar que se vuelvan a repetir los fallos cometidos”.

-El paciente está indefenso ante el sistema sanitario: ¿tópico o realidad?

-La realidad es que el ámbito de protección jurídica de las víctimas es cada vez mayor y que en los casos de daño desproporcionado los pacientes cuentan con más recursos para acreditarlo. No obstante, es necesario distinguir entre la medicina necesaria, en la que no se exige a los médicos que curen, sino que pongan todos los medios para conseguirlo, y la medicina estética, en la que existe obligación de resultados.

-¿Cómo evoluciona el volumen de reclamaciones? ¿Nos acercamos a las tremendas estadísticas de países como Estados Unidos?

-En la última década se han multiplicado por cuatro las reclamaciones por daños sanitarios y este incremento, a su vez, ha provocado que se dispare en un porcentaje superior al 200 por ciento el importe de las pólizas de los seguros que amparan a los profesionales.

-¿Cómo influye este nuevo escenario en el trabajo de los profesionales?

-Sin duda ha aumentado el nivel de exigencia al profesional sanitario, que se ve acosado por las crecientes reclamaciones y opta por una medicina defensiva, que, en último término, perjudica al paciente.

-¿Por qué?

-Porque no toman decisiones de riesgo por miedo a la posterior reclamación y someten al paciente a multitud de pruebas, sobre todo analíticas y de imagen, para que no queden cabos sueltos. El 70 por ciento de los médicos actúa condicionado por el miedo a una demanda.

-En su libro alude a un déficit de legislación.

-Echo en falta una ley específica sobre la responsabilidad sanitaria y también un baremo de daños médicos que sirva para contener las indemnizaciones.

-¿Debería dar un paso más el sistema sanitario?

-Desde luego, considero inaceptables las listas de espera actuales para cirugía y primeras consultas. Mi conclusión es que resulta necesario indemnizar daños y perjuicios y reclamar responsabilidad patrimonial a la Administración en casos de agravación de la dolencia o fallecimiento mientras el paciente está aguardando la prestación que necesita. También me parece recomendable crear en los hospitales unidades de medicina legal preventiva que sean capaces de averiguar y corregir a tiempo los fallos médicos que puedan desencadenar las demandas judiciales.

-Los debates sobre la gestión sanitaria son interminables y el gasto está desbocado.

-Casi una tercera parte del total de recursos de las administraciones públicas se gestionan a través de los servicios públicos de salud de las distintas comunidades autónomas y del Estado. Esto exige una mejora de medios humanos y materiales, pero también de la gestión, ya que las consecuencias de la ineficiencia afectan a las personas cuando más lo necesitan y, además, incrementa mucho el gasto, lo cual repercute negativamente en los propios -y excelentes- profesionales de la medicina pública.

-El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acaban de acordar la implantación de unos tiempos máximos de espera.

-Es necesario dotar de credibilidad al sistema diciendo la verdad de las listas de espera sin operaciones de camuflaje o maquillaje de los números. En esta misma línea, resulta perentorio el desarrollo de programas asistenciales de calidad y con unos tiempos máximos de espera garantizados.

-Para cinco tipos de intervenciones se ha fijado un máximo de 180 días.

-Mi idea es una ley de garantías de prestación y cartera de servicios del Sistema Público de Salud que establezca máximos de demora de, por ejemplo, 45 días para consultas y pruebas diagnósticas y 60 días para intervención quirúrgica, puesto que la excesiva lista de espera quirúrgica y, sobre todo, la de consultas externas y pruebas diagnósticas, en las que hay multitud de personas aguardando diagnóstico, es, posiblemente, el motivo más importante de preocupación de la ciudadanía y el que más quejas, reclamaciones y denuncias causa. No es admisible que nadie viva la incertidumbre un largo plazo de tiempo.

-¿Existen singularidades por comunidades autónomas?

-No resulta fácil distinguir entre autonomías, especialmente porque en mi libro prescindo del origen territorial del pleito. Sí estimo que es indicativo que Cantabria y Cataluña sean las autonomías con las listas de espera más largas.

-¿Principales causas de reclamación?

-Las complicaciones durante el parto y los retrasos en los diagnósticos son las fundamentales.