El gobierno local de Ponte Caldelas vuelve a apostar por la conservación del vivero de Pazos y Rebordelo, un lugar de un alto valor paisajístico y natural. En los últimos días se realizaron trabajos de limpieza, drenaje del terreno, acondicionamiento de los caminos, reparación de un muro de contención y de la presa de riego, así como de las gavias y canales de conducción.

El tripartito acometió una limpieza de toda la maleza para dejar todo el espacio en perfecto estado de revista de cara a la primavera y el verano. El vivero es utilizado aunque por muchos vecinos como lugar de ocio durante los fines de semana, aunque desde la prohibición de las barbacoas al aire libre la afluencia tiene mermado notablemente.

El alcalde, Andrés Díaz, visitó los trabajos de mantenimiento y reparación y anunció que en el futuro planea un rareo y tala de las ramas muertas para tirar todo el partido de la belleza de uno de los antiguos viveros forestales del pasado siglo más esplendorosos de Galicia. Díaz manifestó el orgullo que supone para Ponte Caldelas contar con un espacio de estas características "que, sin duda, es fruto de una política forestal, la de 100 años atrás, mucho más sensible y planificada que la actual, que consiste en la eucaliptización salvaje de todos los montes gallegos y en el abandono de la gestión forestal y de la prevención como herramienta para luchar contra el fuego".

El vivero, situado a medias entre Pazos y Rebordelo, cuenta con una plantación de cedros realmente notable, así como algunas otras especies como falsos laureles y tuias. Muchos de los ejemplares tienen ya un siglo de vida.