Cuntis es tierra de raíces fuertes. Así lo demuestran los datos de mográficos del INE, ya que el cuntiense es el municipio de la comarca con un porcentaje más elevado de habitantes nacidos en la propia villa cuntiense: el 73,54%. De este modo, casi tres de cuatro censados han nacido en el propio Cuntis. Es decir, de los 4.750 habitantes con los que la localidad cerró el año 2017, 3.493 son oriundos.

Este porcentaje es mucho más elevado que el que registran otros municios del Umia, como Caldas (63,35%), Moraña (67,73%) o Portas (63,56%). Asimismo, ayuntamientos con un número similar de habitantes, como Ponte Caldelas, Barro o A Lama, tampoco se acercan a esta cifra y se mantienen en la media del resto de vecinos, con un 64,22%, un 56,52% y un 54,68 respectivamente.

De este modo, Cuntis tiene el mayor porcentaje de residentes nativos dentro de los 14 concellos de la comarca. Tan solo Campo Lameiro, con menos de 2.000 habitantes y en una grave crisis de despoblación, se le acerca, con un 70,06%. Asimismo, el porcentaje de la villa cuntiense es también uno los más elevados de la provincia.

Caída de población

El dato de residentes natales se contrapone al número de población, que en 2017 volvió a disminuir por tercer año consecutivo. Los 4.750 habitantes con los que Cuntis finalizó el pasado año suponen la cifra más baja desde que se llevan a cabo estos registros. En 2016, el guarismo fue de 4.794. Es decir, 44 personas más, lo que supuso una caída del 0,92%.

Para expresar la gran crisis que sufre Cuntis basta con echar la vista muy atrás. En el año 1900, hace más de un siglo, se estimaba que Cuntis tenía una población de casi 6.000 personas.

Mientras, en 2012, las cifras demográficas de la localidad bajaron por primera vez de los 5.000 habitantes. Concretamente hasta los 4.992. Ese dato confirmó la tendencia de crecimiento vegetativo negativo en el que se sumió el municipio desde finales de los años 80, cuando el éxodo rural comenzó a pasarle una gran factura. Desde entonces, este desplome solo se ha visto paralizado por crecimientos menores y puntuales, como en el año 2000 o el 2014.

A nivel político, tanto el equipo de gobierno como la oposición tienen claro que la despoblación es un problema muy serio en la localidad y unos y otros han puesto en marcha y reivindicado políticas sociales para fijar residentes. Las cuentas de 2018 incorporaron por tercer año consecutivo ayudas a la natlidad y además, se aumentó la partida en Igualdad para favorecer la conciliación familiar.