Cifras de récord en el movimiento de mercancías, diversificación de actividades, la entrada y salida diaria de trenes y camiones llegados de toda Europa y el aumento de los trabajadores que acceden diariamente a las empresas ubicadas en del recinto son indicadores de la buena marcha del puerto, como también lo son el número de mercantes que atracan en los muelles de Marín y su creciente "GT", o capacidad de transporte.

El Puerto de Marín acoge cada vez buques de mayores dimensiones pero también embarcaciones singulares como el lujoso crucero Bremen de la naviera Hapag Lloyd, que atracó a finales de octubre en el Nuevo Muelle Comercial de Marín, con unas 250 personas a bordo para realizar una escala turística y que supuso la inclusión del Puerto de Marín en una ruta que partió de Groelandia y el estreno del tráfico de pasajeros en el puerto.

Dentro de las actividades comerciales, destacaron durante el año las grandes descargas de granel, algunas de ellas cerca del récord absoluto de mercancía en un solo barco. Es el caso de los graneleros Elena Ve y Star Laura, que dejaron en Marín 66.000 toneladas cada uno. En un caso de trigo y en el otro, de maíz.

Esta operativa supuso una de las mayores descargas de cereal que recibió el Puerto de Marín. El Star Laura, consignado por el Grupo Nogar, tomó el relevo de otro gran granelero, el Pomorze, que zarpó un día antes de Marín después de descargar 33.000 toneladas.

Escala europea

Tampoco fueron pocas las jornadas que los Muelles Adolfo Reboredo de la zona de expansión acogieron dos operaciones simultáneas de contenedores, una actividad en la que el puerto es primera escala europea para grandes líneas transoceánicas llegadas desde el continente americano.

Además de las cada vez más habituales cargas de componentes eólicos que se exportan desde el Puerto de Marín para todo el mundo, o de las descargas de bobinas de chapa de acero que luego se distribuyen a toda la península, durante 2017 también se acogieron operativas especiales como la del carguero Deo Valente, que llego a Marín con un cargamento poco habitual: yates. O la del mercante Finita R, que hace habitualmente cargas de pasta de papel en la Terminal Cubierta con destino a diferentes países europeos y que en esta ocasión atracó en Marín para transportar una chimenea de un trasatlántico que construyó Nodosa, con destino a un astillero francés.

Astillero

La llegada de atuneros o buques oceanográficos también fue una constante durante el año para su puesta a punto en el astillero Nodosa.

Pero excepcional fue la despedida de uno de los buques insignia del Instituto Oceanográfico Español. El Cornide de Saavedra se despidió definitivamente de Marín durante este año. El remolcador Ibaizabal Cuatro se llevó del Puerto de Marín a finales de junio al Cornide de Saavedra, el que en su día fuera buque insignia del Instituto Español de Oceanografía (IEO), que fue subastado para su "jubilación" de la mar.

El Cornide de Saavedra fue en su momento el buque de mayores dimensiones y mejor equipado, con una gran capacidad multidisciplinar que, además, hasta su último año de actividad ha sido también una plataforma de formación, en la que ha participado casi toda la comunidad oceanográfica nacional.

Nuevos barcos

Y en el capítulo de bienvenidas, el Puerto estrenó nuevas e importantes construcciones, también de la mano del astillero Nodosa. Durante 2017 se botaron embarcaciones como el palangrero CFL Hunter (de 59,5 metros de eslora), el Monteferro (el primer gran arrastrero encargado por armadores de capital gallego en doce años después del Playa Pesmar Dos y el Río Caxil, con 63,7 metros de eslora, 12 de manga y casi 1.500 GT de capacidad, entregado en octubre), o el remolcador de última generación A.Alonso, en este caso para quedarse en Marín y poder dar servicio a los grandes mercantes que recibe el puerto.

El remolcador A.Alonso cuenta con más de 30 metros de eslora y más de 11 de manga y está dotado con los más modernos medios de maniobrabilidad, así como de seguridad referida a la antipolución y asistencia contraincendios. Se trata de un barco de gran porte con vocación de avanzar en servicio y efectividad a los demás de la flotilla ya de por sí, de reconocida solvencia como han venido demostrando en la creciente demanda de servicio a todos los niveles del puerto marinense.