Son profesionales altamente cualificadas, con competencias superiores a las de muchos países europeos y aquí no tienen trabajo. En este contexto la emigración gana terreno como opción laboral. Al menos un centenar de enfermeras pontevedresas abandonó el país en el último año para incorporarse a empleos en el extranjero, una cifra que puede ser superior ya que el cómputo es del Sindicato de Enfermería (Satse) con quien muchos titulados contactan para conocer las ofertas de trabajo que les llegan desde las administraciones, empresas privadas y agencias de contratación nacionales e internacionales, contrastar las ofertas que encuentran directamente en la red o para informarse sobre el "papeleo" que deben realizar para incorporarse a empleos en el exterior.

"Es un goteo constante de profesionales, cada semana se van grupos de siete, ocho o nueve enfermeras y en el último año podemos hablar sin equivocarnos de más de cien" explica Judith Juncal, delegada en el CHOP y responsable de temas de contratación del Satse.

Reino Unido -como es el caso de Ruth Gutiérrez; Laura Lusquiños o Ruth Peleteiro-, Alemania -a la que se ha desplazado Pilar Suárez- y en menor medida Portugal (bajando) y Francia (en alza) son los destinos laborales preferentes de los profesionales de la enfermería pontevedreses que buscan empleo fuera del país, una vez agotadas las esperanzas de encontrar trabajo en Galicia o en otras comunidades. También tienen constancia de salidas de trabajo a países tan dispares como Finlandia, Brasil o Australia.

Principal destino

Sin duda, afirma Judith Juncal, es Inglaterra el país que ofrece más oportunidades y además en la red sanitaria pública, lo que es muy valorado por los enfermeros que emigran ya que el tiempo de trabajo en los hospitales del Health National Service puntúa, en el caso de unas oposiciones o listas de contratación del Sergas, igual que el trabajado en el sistema público gallego.

Esta misma equivalencia se da en los hospitales concertados de Portugal, aunque en este caso, debido a la profunda crisis en la que está instalado el país, los contratos están en retroceso.

Además en ambos países, Reino Unido y Portugal, se espera de los enfermeros una capacitación profesional de alto nivel, un perfil en el que encajan los titulados españoles. No ocurre así en Alemania en donde el personal de enfermería realiza tareas que, en Galicia y en España, son propias de los auxiliares. En este caso el grueso de las ofertas son de centros sanitarios y hospitales privados y las condiciones laborales ofertadas son, en general, de peor calidad.

El conocimiento del idioma del país, cuando menos teórico, es ya un requisito sine qua non para ser contratado.