Llegó a Alemania en octubre de 2012 con una oferta laboral que incluía un salario neto de 800 euros, clases intensivas de alemán, fines de semana libre y un mini-piso (de 25 metros cuadrados). A los seis meses obtuvo el B2 de alemán -"no tenía el nivel real pero aprobé el examen y había partido de cero"- por lo que pasó a ser enfermera con contrato fijo. En la actualidad se está especializando en UCI-Anestesia, a cargo de la empresa para la que trabaja. Trabajar ya en la UCI hace que tenga más responsabilidades que una enfermera-base alemana, pues hacen las tareas de una auxiliar en España.