El protocolo firmado el pasado viernes entre el alcalde, Miguel Fernández Lores, y el presidente de la Diputación, Rafael Louzán para poner en marcha una planta de compostaje en la provincia, previsiblemente en la capital, fue ratificado ayer por el pleno municipal con los votos del BNG y el PP (aunque en su caso con algún recelo) y el rechazo explícito del PSOE, que acrecienta de este modo la división del bipartito en este asunto. El portavoz socialista, Antón Louro, sospecha, de hecho, de que este plan para convertir en compost la basura orgánica de una veintena de municipios de la provincia podría ser el germen de un segundo complejo de Sogama para el sur de Galicia "algo que persigue la Xunta y que podría colarlo en Pontevedra".

Este temor quiso ser desmentido por el BNG. Su concejal César Mosquera , calificó esa posibilidad de "exceso verbal", si bien admitió que "Sogama no tiene capacidad para tratar toda la basura" y que este plan de compostaje puede servir como alternativa parcial a la incineración. Por su parte el PP municipal no parece plenamente convencido de una propuesta que sí auspicia el PP provincial. Aunque su portavoz, Jacobo Moreira, respaldó ayer el protocolo, no dejó de alertar de posibles consecuencias, como la situación en la que quedará la actual concesionaria municipal del servicio de basuras, si el sistema repercutirá en el recibo doméstico y, sobre todo, la ubicación de las instalaciones y el posible rechazo vecinal.

La empacadora

Pero la principal oposición a este protocolo procede del PSOE, empeñado desde hace semanas en marcar distancias electorales con el BNG y en denunciar que "el pacto de nacionalistas y populares en la Diputación se quiere extender ahora al Concello". Así lo apuntó Louro, que calificó este pacto por la basura de "acuerdo estratégico" entre ambos partidos ante la "patética actitud de Moreira de estar a las órdenes de Louzán" y aprobar un protocolo "tramitado con mucha prisa por el Concello", según reconoce el propio PP.

Louro denunció que Lores "ha puesto su firma para recibir la basura de toda la provincia" e incluso comparó este asunto con el conflicto de la empacadora, hace más de quince años. Al respecto, Mosquera quiso dejar claro no solo que no vendrían a Pontevedra todos los residuos de la provincia, sino que "la oposición a la empacadora fue por razones muy distintas: nuestra oposición a incinerarlo todo, en especial los orgánicos, la elección de una ubicación muy poco acertada, al lado de Os Gafos, y porque veía de rebote de Vigo, donde no la querían".

Pero los socialistas mantuvieron en la sesión de ayer sus temores al recordar que Sogama no puede mes y desde hace tiempo se intenta dotar al sur de Galicia de un nuevo complejo. Hubo dos intentos en Ourense, que fracasaron y puede que pretendan ahora colarlo en Pontevedra, algo que no nos gusta". A su juicio "este problema tiene que abordarlo la Xunta con un plan seria y riguroso", sin que acusan en su ayuda la Diputación y mucho menos un concello como el de Pontevedra gobernado por el BNG y el PSOE. Por ello, para Louro el protocolo suscrito el pasado viernes "tiene perversas intenciones, dice poco y oculta mucho".

"Parto de gemelos"

Pese a que "ya salimos trasquilados" de otros convenios con la Diputación, el PSOE no votó abiertamente en contra, sino que optó por la abstención al recordar que "ahora se abre un periodo de nueve meses para elaborar los estudios de viabilidad". Será tras ellos cuando se adopte una decisión más concreta. El alcalde, Miguel Fernández Lores aprovechó este comentario para apuntar que "habla usted de nueve meses, un embarazo, algo que nos gusta en una ciudad con crecimiento vegetativo positivo; y espero que sea un parto feliz y de gemelos".

Por su parte el PP se mostró escandalizado de que uno de los miembros del bipartito acuse abiertamente de su socio de firmar documentos con "intenciones perversas" por lo que "no sé qué hace el PSOE en ese gobierno".