El antiguo arrabal marinero de A Moureira fue escenario, un año más, de la procesión del Viático con la que se acerca la Comunión pascual a los fieles enfermos e impedidos del barrio. Es un acto de devoción en la que el Gremio de Mareantes ocupa un lugar de privilegio: sus miembros tienen el honor de portar las varas del palio bajo el que desfila la Custodia con Jesús Sacramentado. Además son cadetes de la Escuela Naval de Marín (institución que ostenta la presidencia de honor del Gremio) los que conforman una escolta de gala.

En esta ocasión fueron siete los enfermos que recibieron en sus respectivos domicilios el Santísimo Sacramento de manos del párroco de Santa María, Francisco Javier Porro.

La procesión del Viático, que se celebra siete días después del Domingo de Pascua, partió de la basílica de Santa María la Mayor al finalizar la misa de las nueve de mañana y lo hizo por la puerta oeste, la espectacular fachada retablo del templo obra de Cornelius de Holanda y Joao Noble, que se franquea en contadas ocasiones.

Tras bajar las escalinatas de la basílica y dejar atrás la basílica -el templo que encarna por antonomasia el esplendor de la ciudad medieval y el poder gremial de las gentes del mar- la comitiva enfiló la calle Xan Guillerme, alfombrada por un laborioso tapiz floral confeccionado en la tarde y noche anteriores por los vecinos de A Moureira.

No fue la única alfombra que realzó el paso del Santísimo por las calles de A Moureira, vecinos de todas las edades también las habían confeccionado en otros puntos como en Jofre de Tenorio o el Campo da Torre.

Para la elaboración de los vistosos tapices se utilizó como materia prima: pétalos, borra de café, hojas y fiúncho que habían acumulado y preparado los artistas en las semanas precedentes.

Historia local

Fueron estos mismos vecinos del antiguo barrio marinero de A Moureira los que, fundamentalmente, arroparon con su presencia, y con gran recogimiento, el paso del Viático, una cita religiosa que por tradición y significación es parte de la historia local

La procesión, fiel a su cita anual y con la solemnidad que marca la ocasión, cubrió el siguiente itinerario: Arzobispo Malvar (escalinatas de Santa María) de donde arrancó Xan Guillerme, Jofre de Tenorio, Pardo Bazán, Alfredo García Alén, Herreros, General Martitegui, plaza Concepción Arenal, Alfonso XIII, Echegaray, paseo de Colón, Monteleón, Almirante Matos, Pedro Mariño de Lobeira, Campo da Torre, Juan Villaverde e Irmáns Nodales.

La comitiva con Jesús Sacramentado, tras recorrer durante más de una hora la espina dorsal de A Moureira, se recogió en la capilla de San Roque, en donde como colofón los numerosos fieles y devotos presentes entonaron la Salve marinera, el himno por excelencia de todas las gentes del mar a las que identifica y emociona.

El Viático es un desfile religioso evocador del esplendor medieval pontevedrés, está estrechamente vinculado al barrio de mayor raíz marinera de la ciudad del Lérez y de una manera muy especial al Gremio de Mareantes, cofradía que desde el siglo XVI disfruta del citado lugar de privilegio en esta manifestación de fe.