La ría de Pontevedra está declarada como "zona sensible" desde 2001, una catalogación que la Xunta debe renovar cada cuatro años mientras se mantengan las condiciones en cuanto a contaminación. Esta declaración supone que los parámetros de control son más exigentes que en otras zonas. La última de estas prórrogas se otorgó en 2009, por lo que caducaba este año. Por ello, la Xunta ha decidido renovar por cuatro años más, hasta 2017, esa declaración, una categoría que hace unas semanas también obtuvo el embalse del Pontillón, entre otros de Galicia.

En el acuerdo de prórroga Augas de Galicia detalla que "hace falta mantener tal designación" en la ría de Pontevedra y es que pese a los avances de los últimos años en control de vertidos se entiende que aún persisten los peligros que llevaron a esta declaración en 2001.

No obstante, la situación ha mejorado de forma sustancial en los últimos seis años toda vez que Augas de Galicia tenía detectados a principios de 2010 un total de 266 vertidos en los cinco municipios de la ría, de los que 40 puntos eran contaminantes mientras que en 2007 eran 105 los vertidos contaminantes.

En 2012 ya se logró rebajar de forma notable todos esos parámetros ya que el número de "puntos negros" era solo de 24, una cifra que se redujo aún más en los últimos meses.