La sangre de una funda de trabajo hallada en el coche que utilizaban los policías gemelos Roi y Bernardo no es de su compañero Celso, fallecido de un disparo en la comisaría el 9 de abril de 2016. En once muestras remitidas al laboratorio del Instituto de Ciencias Forenses -el mono así como varias zonas del maletero y el vehículo del Volvo XC90-, los análisis dieron negativo a plasma humano. Los agentes imputados, en libertad bajo fianza y obligados desde su detención a finales de enero a comparecer cada día en el juzgado, habían asegurado que la sangre se debía a salpicaduras de la matanza del cerdo.

Además, informes remitidos a la juez descartan la existencia de ADN de Roi o Bernardo en varios objetos que fueron recogidos en el despacho de la quinta planta donde Celso B. A. apareció muerto, de un disparo en la cabeza, y con tres de las seis armas robadas en comisaría. Según el informe, en la pistola HK USP compact de la que salió la bala fatal no se puede descartar ADN de la víctima. En el arma había un perfil genético ajeno al de Celso. El cálculo de probabilidades descarta que sea de los hermanos.

Por otra parte, la juez pidió un análisis de la posibilidad de que el ordenador del agente muerto -desde el que se remitieron correos autoinculpatorios- ya estuviera encendido antes de que él llegara al despacho de la quinta planta desde el garaje, para averiguar si el autor de la muerte llegó antes. Mandó comparar la hora de las cámaras con la del PC. La unidad policial de informática y comunicaciones de la Jefatura Central de Logística e Innovación informa que no se puede asegurar con fiabilidad.