La ruptura de las negociaciones iniciadas con la entidad bancaria que les adeuda 280.000 euros ha agotado la paciencia de los trabajadores de 19 empresas de Celanova subcontratadas primero por un promotor y después por la oficina de Novagalicia de la villa para rematar un edificio cuyas obras quedaron paralizadas por la crisis del ladrillo. A pesar de que cumplieron con su trabajo y terminaron una obra que puso a disposición del mercado inmobiliario 20 viviendas, los 25 trabajadores que adelantaron el trabajo no han cobrado nada hasta la fecha.

La falta de acuerdo con la dirección de la entidad, con la que mantuvieron varios encuentros, les ha llevado a dar la orden al abogado que les asesora para que presente la correspondiente demanda judicial contra la dirección de la oficina de Celanova por el impago de la deuda. "Lo único que han hecho todo este tiempo es engañarnos", dijeron.

Entre los afectados están también el arquitecto y el aparejador. Este último, Antonio Nieves, aseguró ayer que la actitud de la entidad perjudica a muchas familias de la villa que dependen de los ingresos de las empresas subcontratadas. "Adelantaron dinero comprando material para ejecutar los trabajos y para abonar las nóminas, pero no cobraron ni un solo euro", indicó. El perfil de los afectados, añade, son empresas de tres o cuatro trabajadores que dedicaron una media de 50.000 euros a la construcción de ese edificio de los que todavía tienen pendiente de cobro una media de veinte mil euros.

Por esto, unas 40 personas se concentraron ayer, desde las 8.30 horas, frente a la oficina de la entidad de NCG de la avenida de San Rosendo de Celanova, con camisetas reivindicativas y pancartas con las que llamaron la atención de su situación. La protesta en la calle se complementó con entradas en la sucursal para preguntar a la directora por la deuda contraída con las empresas y "entorpecer" la actividad en la oficina.

A las 11.30 iniciaron una manifestación hasta la Praza Maior a la que se sumaron decenas de personas de Celanova, solidarizadas con su causa, además de familiares de los afectados.

Antonio Nieves sostiene que la entidad financiera les ha "engañado" desde el principio ya que, curiosamente, "siempre recibíamos llamadas anunciando la proximidad de una solución los miércoles, el día antes de las concentraciones que teníamos programadas para los jueves". La posibilidad de buenas noticias les llevó incluso a desconvocar dos de esas movilizaciones.

Nieves afirma que llegaron a tener una oferta en firme que no se llegó a firmar pero que los afectados consideraron y aceptaron verbalmente en la que NCG se comprometía a pagar si se vendían dos o tres viviendas. Finalmente, apunta, "cambiaron y dijeron que nos pagarían en efectivo". Pero al ver que no ocurría nada, convocaron la manifestación de ayer. La llamada de "se va a solucionar" ya no resultó creíble y mantuvieron la convocatoria. "Esta vez llamaron el martes para decir que la negociación estaba rota", dice Nieves.

El abogado de los afectados presentará en el Juzgado de Celanova una querella única promovida por todos los oficios afectados contra los responsables de los impagos, y una posible demanda civil. Los afectados defienden que desde que el promotor paralizó los trabajos, la entidad les citó para pedirles presupuestos para finalizar la obra. Llegaron a presentar tres y la oficina se comprometió a abonar las facturas pendientes con el anterior promotor y el resto del trabajo mientras promocionaba las ventas en la sucursal.