La polémica suscitada en torno a la instalación en la provincia de Ourense de una planta incineradora para la basura del sur de Galicia la zanjó en el pleno de ayer el presidente de la Diputación, José Luis Baltar, al sentenciar que "estará dónde quieran los vecinos, pero si ningún concello de la provincia la quiere, no se ubicará, y se irá para Vigo". Así de categórico se pronunció al término del debate de una moción que presentó el grupo del BNG, relacionada con el rechazo a su instalación en el polígono industrial de Xinzo de Limia, algo "irreal".

De ahí que, asumió el compromiso con los grupos de la oposición de, una vez que se confirme el rechazo por parte de los concellos a su ubicación, reclamar a la Xunta de Galicia que se instale en la provincia de Pontevedra, y de esa forma respetar la decisión de los concellos, como sucede con el caso de Xinzo, al manifestar el alcalde, Antonio Pérez, después del anuncio de movilizaciones vecinales, que se oponía a que se llevase para su concello, y que contó con el apoyo de todos los grupos municipales.

Baltar fue más contundente que el portavoz popular, Plácido Álvarez, que además de mostrar su apoyo total al nuevo Plan de Gestión de Residuos Sólidos de Galicia, pidió que "no se demonizase", ya que la "incineración aparecería en su tramo final del proceso, y sería muy poca". Y recalcó que se estudian los territorios donde ubicarse, pero sin tomar determinación alguna, aunque estará condicionada a la aceptación del concello elegido, ya que "respetamos la autonomía municipal".

Cuestión electoral

Los argumentos de Baltar Pumar y Plácido Álvarez no convencieron a socialistas y nacionalistas. Fue el portavoz del BNG, Xosé Manuel Fírvida, el que acusó a los populares de "no decir la verdad sobre la ubicación por una cuestión electoral", en alusión a las elecciones municipales de mayo. Una línea argumental en la que también incidió el diputado socialista, Ignacio Gómez.

Además, los socialistas aseguraron que de incinerar poco, nada, ya que al tener una vinculación con la producción de energía y que lo gestionará una empresa privada, la conclusión es clara: "Cuanto más incinere, más beneficios tendrá, así de sencillo".

Fírvida, que dijo no tener claro que no termine ubicándose en la comarca de A Limia, recriminó al alcalde de Xinzo por negar su postura favorable inicialmente, y proclamó que de establecerse en la zona "significaría la muerte de toda la producción agrícola" en la comarca, además de afectar a las limítrofes.