El Museo Massó de Bueu ha aprovechado su nueva exposición sobre la última lancha xeiteira de Galicia para realizar una reordenación en los fondos expuestos en sus salas. Estos cambios le permiten sacar a la luz materiales de gran interés que proceden de la antigua fábrica conservera y que estaban almacenados por falta de espacio para exhibirlos.

Las novedades se concentran en la sala de la planta de baja, en la que se ha retirado la sección dedicada a la carpintería de ribera, que incluía numerosas herramientas, y se traslada a la exposición temporal sobre la xeiteira. "Tal como estaba organizado, este apartado no era muy didáctico y optamos por trasladar los fondos a esta exposición porque encajan mucho mejor y se puede apreciar para que servían y como se utilizaban esas herramientas", explica la directora del museo, Covadonga López de Prado.

El hueco que deja la carpintería lo ocupan fondos procedentes de la antigua fábrica y que en realidad están más acordes con el discurso expositivo de la sala. En primer término se montó una mesa de empacado, sobre la que se pueden ver las características parrillas de metal, uno de los elementos más vinculados al trabajo femenino en Galicia. Estos instrumentos servían para colocar la sardina cruda y, una vez limpia, para introducirla en el cocedero, paso previo antes de enlatarla. Esta tarea está asociada a una de las imágenes más características de la fábrica de Massó: una larga doble fila de mujeres trabajando en la mesa de empacado con estas parrillas y el pescado.

Estos materiales estaban en evidente mal estado de conservación y fue necesaria una restauración antes de exponerlos al público. Encima de la mesa se colocó una lámpara de la época y a un lado se pueden ver dos enormes "pailas" de cocción, que eran las máquinas en las que se elaboraban las salsas con las que se cubrían las conservas. Estas grandes ollas, de la primera mitad del siglo XX, estaban conectadas a través de un conducto a un horno que proporcionaba el calor necesario.

El escenario se completa con otros dos elementos muy llamativos. A un lado está el reloj en el que tenía que fichar el personal de la factoría, que ya estaba en la sala, pero descontextualizado. Y en el fondo hay una placa de metal con el lema "Massó Hermanos", que data de la década de 1920. Este dato se sabe porque la tipografía empleada en la plancha es la que diseñó el gran publicista Federico Ribas y se dejó de utilizar a partir de la década de 1930. Además es fácilmente perceptible que la coletilla "S.A." es un añadido posterior, del momento en que la empresa se constituyo en sociedad anónima. Esta plancha la entregó al museo Manuel Aldao.

Covadonga López de Prado explica que con estos cambios toda la sala se dedica a la fábrica Massó –con el añadido del bote polbeiro de Bueu y la dorna– y supone una suerte de ensayo para el discurso expositivo de la ampliación del museo, que se centrará especialmente en la evolución e importancia de la conservera.

Por otro lado, ya es posible ver en esta misma sala el video con la recreación virtual en tres dimensiones de la historia de Massó: desde la apertura de la factoría en la década de 1880 hasta la actual urbanización de la manzana.