La cuesta de enero no solo repercute en las economías de las familias en las tradicionalmente cuatro semanas más duras para los bolsillos de los ciudadanos después de unas fechas en las que los gastos extraordinarios se acumulan. Esta situación también afecta al empleo y enero no suele ser un mes bueno para la inserción laboral. Así se constata en el balance de las comarcas del último mes, que se cerró con exactamente 173 vecinos más en paro que el último mes del año. La caída de trabajadores activos, sobre todo en los servicios, pero también en menor medida en la industria es la principal responsable de que el arranque del año concluya con más ciudadanos inscritos en las oficinas del INEM. Además de esta circunstancia en uno de los sectores productivos, el desempleo castiga mucho más a Tabeirós-Montes que a Deza, destacando el caso de A Estrada, que aporta hasta 117 de los 173 parados de enero en la zona.

Si observamos de nuevo la evolución mensual por sectores hay que señalar que los servicios suman 169 desocupados y una veintena la industria. Mientras, aunque de manera poco llamativa, el paro baja en cinco casos en agro y ganadería, en dos en la construcción y en nueve entre las personas sin empleo anterior. Además del ya mencionado caso de A Estrada, que aglutina casi siete de cada diez empleos destruidos en un mes, llama la atención que Lalín, en plena campaña del Cocido, registre un alza de desempleados en el sector servicios en comparación con los que tenía en diciembre. Es más, si dejamos a un lado este sector que no solo está ligado a la contracción de hostelería y restauración aunque sí pertenece al él, la cabecera comarcal dezana presentaría un balance positivo al recortar desocupados en agro, industria y personas sin empleo anterior. Silleda es el segundo municipio de la zona donde más se incrementa el número de vecinos que están a la espera de una oportunidad laboral, con casi una treintena más en otros tantos días. Los municipios dezanos menores, Agolada y Dozón, son precisamente los únicos que son capaces de rebajar su censo de parados. Las subidas en los demás ayuntamientos no son excesivamente llamativas.

Los 3.865 parados de Deza y Tabeirós-Montes indican que las cifras de demandantes de empleo están cerca de los del comienzo de la crisis. En enero de 2009 eran 3.631 las personas sin trabajo, aunque en el arranque de 2007, año considerado como el inicio de la crisis, en las comarcas eran 2.987 los parados. El primer mes de 2013 fue el más crítico para el empleo en las comarcas, cuando en los nueve municipios se llegó hasta los 6.419 personas sin trabajo.

Por último, si comparamos los datos del mes pasado con los de enero de 2017, actualmente hay 555 personas menos en situación de demandantes de empleo. En estos doce meses el paro en Lalín descendió en 210 trabajadores y en 171 en A Estrada. Silleda tiene ahora 47 demandantes menos y 34 Vila de Cruces. En Rodeiro la lista de inscritos en el INEM menguó en exactamente 38 vecinos y en una veintena en Agolada, por 17 casos en Dozón. En Forcarei constan 16 parados menos y una docena en Cerdedo. La Xunta sigue ofreciendo los balances de este municipio por separado, aunque su fusión con Cotobade cumplió recientemente ya un año.