La innovación y la estrategia se han convertido en los dos grandes retos de las empresas del siglo XXI, conceptos imprescindibles para tener éxito y mantenerlo en el tiempo y que permiten alcanzar ventajas competitivas y minimizar o eliminar las de los competidores.

Hoy en día se habla mucho de posicionamiento, estrategia e innovación, pero realmente conocemos el significado de estas palabras, utilicemos una metáfora para explicarlo.

Imaginemos por un momento que somos el capitán de un barco que hay que liderar y guiar. Antes de emprender el viaje hay que saber y definir hacia donde queremos ir, y a partir de ese momento, diseñar la hoja de ruta y navegar sin perder de vista el horizonte. A veces cambiaremos de rumbo, en múltiples ocasiones nos encontraremos con grandes tormentas que será mejor evitar, de ahí la importancia de la flexibilidad que debe tener el plan elegido. Debemos hacerlo con el enfoque de cuestionarse las ideas predefinidas y asentadas y emprender este viaje con compañeros como la innovación y creatividad, sin miedos ni complejos pero con sensatez. En ocasiones nos encontraremos con navegantes sin una dirección clara, a flote, a la deriva, arrastrados por la corriente e instalados en el conformismo y la desidia.

No olvidemos que, toda empresa por muy pequeña o grande que sea deberá de cuestionarse siempre, ¿hacia dónde ir? ¿Qué camino elegir? Y ¿Cómo llegar?

Es decir, ¿estoy haciendo con mi negocio lo que realmente quiero?, o por el contrario, ¿es el mercado quien me dicta el que hacer y cuando hacerlo?

Un buen líder, capitán, debe tener la capacidad de aprender más rápido que sus competidores.

"El futuro no hay que preverlo sino crearlo. El objetivo de la estrategia e innovación debería ser diseñar un futuro deseable e inventar el camino para conseguirlo". Russell L. Ackoff.