Las comarcas de Deza y Tabeirós-Terra de Montes, incluyendo en el cómputo también a Cotobade -ahora fusionado con Cerdedo-, han perdido casi el 10% de su población desde 2007, lo que equivale a una caída media anual del 1%. Si los nueve municipios de la zona y Cotobade rebasaban los 78.000 habitantes hace una década, a día de hoy están en 70.640, lo que arroja un retroceso de más de 7.500 personas (9,6%).

El descenso más brutal es el de Dozón, que roza el 40%, con 744 habitantes menos. También es notable la sangría demográfica de Agolada, que ha perdido 785 censados, un 24,4%, casi la cuarta parte de los 3.216 que tenía hace diez años. Algo más suave son las caídas de Rodeiro, con 694 residentes menos (21,2%), y Forcarei, con 905 (20,4%). Vila de Cruces ha descontado 1.161 personas en ese tiempo (17,7%), mientras que la suma de Cerdedo y Cotobade en 2007 daba 6.977 personas, 870 más que ahora, lo que se traduce en un bajón del 12,4%.

En términos absolutos, A Estrada es el que más cede, 1.208 individuos, que equivalen al 5,5% de los cerca de 22.000 que tenía entonces. Silleda retrocede en 784 personas (4,2%), más que suficientes para caer de los 9.000, barrera con la que coqueteó hasta 2013. Y Lalín tiene ahora 792 empadronados menos, por lo que ha sido el que mejor ha sobrellevado la crisis demográfica, al ceder un 3,8% de su censo en la última década. Es más, en algunos ejercicios ha sido el único municipio con saldo positivo, eso sí, del todo insuficiente para frenar el despoblamiento general de la zona.