Los 2,77 millones de euros que hubo que abonar por la urbanización del Agro de Lalín de Arriba (las obras corrieron a cargo de Taboada y Ramos) se cubrieron a través de las tres cuotas que tuvieron que pagar los dueños de solares en esta zona. El proyecto contemplaba que en esta urbanización se construyesen hasta 285 viviendas (223 multifamiliares y las 62 restantes unifamiliares), pero la llegada de la recesión económica abortó cualquier proyecto, hasta hoy. El que se vendió como el balcón de la villa lalinense -la zona goza de unas excelentes vistas del casco urbano- se utiliza hoy como zona de paseo para los vecinos que tienen mascotas y para algún que otro amante de correr al aire libre.

Las expectativas que tenía Lalín sobre esta zona, antes de crisis del ladrillo, motivaron que incluso políticos y empresarios comprasen solares en esta zona. Una situación que desata las críticas y la extrañeza de los propietarios que heredaron estas tierras de sus padres, y que dejan caer que la adquisición de parcelas por parte de personas que no tienen ningún vínculo familiar con este punto quizá se deba a intentos de especulación.

La urbanización se inauguró en septiembre de 2008, coincidiendo con la festividad de As Dores. Desde el gobierno que entonces encabezaba José Crespo se indicaba que había cierta demanda para construir en torno a 62 chalés. Más cerca en el tiempo, el año pasado se aprobó el estudio de detalle para esta urbanización, que afecta a cuatro zonas y establece las condiciones de edificación de viviendas unifamiliares en más de 60 parcelas.