"Pretendemos ser una oferta llamativa y complementaria a la oferta gastronómica de Lalín, ya que cada vez son más los turistas que vienen a Lalín como destino para un fin de semana o días sueltos". Así explicaba ayer el hostelero lalinense Emiliano García Méijome su iniciativa de incluir en su carta de A Casa do Gato la Pizza 5.0, una pizza de 50 centímetros de diámetro "con la misma calidad de siempre", según su principal promotor. El propietario del emblemático local de Rúa Ramón Aller destacó que "este tipo de productos novedosos y tan llamativos resultan ser un importante reclamo, por eso lo que pretendemos es promocionar este tamaño de pizza con todos los ingredientes naturales". Además, la receta cuenta con acento local puesto que "está elaborada con harina cien por cien del país porque se trata de la de O Muíño de Cuiña", lo que según el cocinero lalinense le confiere "un aporte de sabor y textura importantes, que hacen que la masa se identifique al momento allá donde se consuma". El propietario de A Casa do Gato recordó que "como empresa seguimos complementando las ofertas y asentándolas con la fórmula de ensayo-error para hacerlas variadas".

Cocinero inquieto

El propietario de A Casa do Gato hace años que se ha rebelado como un cocinero dotado de una gran inquietud, puesto que la Pizza 5.0 no es su primer descubrimiento gastronómico. Cabe recordar que Emiliano García Méijome visitó en 2011 la sede de la firma de comida Broaster Company, afincada en Beloit (Wisconsin), muy cerca de Chicago, para conocer de primera mano el sistema que utiliza esta cadena para elaborar su famoso pollo frito. Después de un período formativo en Estados Unidos durante el mes de noviembre de 2010 y tras haber instalado la correspondiente máquina, el hostelero lalinense ya empezó a ofrecer este plato genuinamente americano en su establecimiento lalinense con notable éxito hasta consolidarse en su carta como una de sus referencias.

Si bien la receta es yanqui, A Casa do Gato, como importador para España, mantiene firmemente el producto base de origen gallego, caso de las carnes, lo que produce una diferencia muy notable con respecto a conocidas franquicias que trabajan en estos sectores a otros niveles de venta, caso de Kentucky Fried Chicken (KFC), Pollo Arturo o Kiri Kiri. Aunque el sistema de elaboración es similar, cada franquicia tiene su propia receta. Antes, el local de la Rúa Ramón Aller ya hizo una apuesta fuerte por unos boliños preñados y la pizza, que ahora aumenta de tamaño.