Después de aproximadamente 15 horas de búsqueda el nonagenario que residía en la Avenida Bos Aires de Lalín apareció muerto en las inmediaciones del río Deza, a su paso por el lugar de Borralla, en la parroquia lalinense de Prado. L.V.C era natural de la parroquia de Botos y tras emigrar a Venezuela había vuelto a Lalín donde vivía actualmente con su mujer.

Los efectivos de emergencia localizaron a primera hora de ayer en una zona rocosa el cadáver de un hombre de 92 años cuya desaparición había sido denunciada el jueves al mediodía, según informaron fuentes del 112. El anciano, había salido y al no regresar, una de sus cuidadoras denunció su desaparición, según indicó, el vecino, se había marchado con su furgoneta al mediodía y no había regresado, algo para nada habitual.

Tras aparecer su coche en Ponte Taboada, en la jornada vespertina de ayer el operativo de búsqueda se centró en el entorno del río Deza. El operativo disminuyó con la llegada de la noche, puesto que la oscuridad y la aparición de la niebla dificultaba los trabajos. Finalmente, el cuerpo fue hallado varado en una zona rocosa del río. El 112 alertó de la desaparición a los Bomberos del Deza y a los GES, al tiempo que informó a la Policía Local y a la Guardia Civil. En el operativo también participó durante la tarde del jueves una unidad canina del GES de Padrón (A Coruña).

Un gran revuelo se originó tras la desaparición del hombre, que después de aparecer el vehículo en las inmediaciones de Ponte Taboada se temía lo peor. El hombre tiene una hija que actualmente vive en Caracas y dos nietos uno de ellos reside en Miami y el otro en España.