Vilatuxe volvió a vestirse a la antigua. Una vez más la parroquia lalinense celebró la Feira dos Carballiños, una recreación de aquella famosa feria que se celebró por primera vez en 1916 y que hasta mediados de los años 70 fue cita obligada sobre todo para los arrieros, los mercaderes ourensanos de vino que llevaban su producto a Santiago. Ayer, volvió a reunir a los vecinos y visitantes con música y monifates además de su recuperado mercado, por el cual a lo largo del día pasaron millares de personas, que la organización cifra entre 6.000 y 7.000 personas, manteniendo la cifra de años anteriores aproximadamente, a pesar de que el tiempo no ayudó a la cita. Afortunadamente la lluvia no aparición durante la jornada y por eso no fue necesario utilizar la carpa habilitada para realizar las recreaciones.

Para recordar a los arrieros, la empresa Cuiña desplazó a Os Carballiños un camión, restaurado, cargado de toneles de vino. Tampoco faltaron los autobuses de época, esos en los que las maletas podían colocarse en la parte superior del vehículo. Uno de estos buses se encargó de recoger a diversas personas a lo largo de la feria. Tampoco faltó la exposición de coches clásicos de la mano de Escudería O Toxo, así como de motos antiguas y tractores. La feria contaba con todo tipo de puestos, tanto de comida como de venta de utensilios ganaderos, plantas y demás. Incluso la Comisión de Fiestas da Virxen das Dores de Lalín tuvo un stand para recaudar para los festejos que se celebrarán este año.

El punto álgido del día tuvo lugar varias recreaciones históricas, la primera de ellas basada en la trata de ganado, ejercicio habitual en este estilo de ferias. Cuatro actores escenificaron la compra-venta de una vaca que se culminó felizmente a pesar de los desacuerdos iniciales. La otra recreación tuvo como protagonista la benemérita y un avión secuestrado justo tras aterrizar en un vuelo de Sudamérica completo de emigrantes retornados. Pequeños y mayores tuvieron la oportunidad de disfrutar tanto de mañana como de tarde de las marionetas en la barraca restaurada de Barriga Verde además de la actuación de "O Cego dos Monifates" realizada por el grupo de títeres Seisdedos. Además se realizó la entrega de diplomas a la gente que de una manera desinteresada contribuyó al desarrollo y la dinamización de la parroquia. Los homenajeados fueron: Eliseo García, José Manuel Roibal, Carmen Fernández Penas, Maximino Míguez, Alfonso Dobarro, José Fernández, Florencio Martínez y José Iglesias. No se perdieron la cita, entre otros, el alcalde de Lalín, Rafael Cuiña, vestido de época, y el Conselleiro de Cultura, Román Rodríguez.