La asamblea ordinaria incluía en el orden del día la rendición de cuentas del último año. José Luis Gil informó al centenar de presentes de que la sociedad tuvo unos gastos de 121.815 euros. En esta cuantía se incluyen los desembolsos económicos por la siembra de conejo y liebre (29.543), de perdiz (18.375) o de la nómina del guarda (15.012 euros y otros 5.579 de Seguridad Social). Hubo que hacer frente a otros gastos, como los 3.553 de desbroces (menos que el año pasado), o los 3.683 de piensos, cereales y sanitarios. El seguro del coto asciende a 6.378 euros, mientras que los seguros federativos suponen 10.603. La Festa do Cazador supuso un gasto de 3.871.

En el apartado de ingresos, los cotos de caza generaron unas retribuciones de 58.110 euros, a los que se suman 1.930 de los cotos de pesca y 1º.040 de los socios foráneos. Hay que destacar cuantías notables, como los 16.560 euros de ingresos de las tarjetas de caza mayor, los 2.840 de invitaciones también de caza mayor o los 11.421 de seguros federativos. Al final, si el saldo anterior era de 16.160 euros, a día 28 de febrero es de 13.111, de los que habrá que restar unos 5.000 euros, según cálculos de Nistal, para pagar el seguro de este año. El expresidente recriminó la gestión de la directiva recordando que, en 2013 y con el cambio de junta, el remanente era de 27.000 euros, es decir, más del doble. Gil explicó que ahora se dispone de menos dinero porque se bajaron las cuotas de los socios y aún así pudo realizarse el mismo trabajo. Nistal, Mariño y un tercer socio se abstuvieron a la hora de aprobar las cuentas, que salieron adelante.