En 1993, cuando "no existían servicios que hoy nos parecen imprescindibles como el 112", "no se hablaba de isocronas de 20 minutos" y decir "emergencias" en el rural era "una palabra que quedaba muy lejana" -relató ayer una de las principales fundadoras de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil San Paio Chus Fernández Bascuas, en el acto inaugural de la nueva base de Emerxencias de A Estrada- hubo un equipo humano formado por voluntarios, objetores de conciencia y "niños y niñas que hoy son grandísimos profesionales que trabajan" en el actual servicio o "lo dirigen" que "decidieron regalarle su tiempo a los demás" y sentaron las bases de un servicio de atención a las emergencias del que los estradenses ya no pueden prescindir porque lo llevan "en el corazón".

Al frente de este equipo estaba el entonces edil de Rural Manuel Somoza, que durante muchos años ostentó la presidencia de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil (AVPC), del que era tesorero Manuel Ängel Soutelo. Formaban parte de la "marea naranja que en los años 90 inundó Galicia e hizo que las cosas cambiaran" en materia de emergencias, recordó Fernández Bascuas. No obstante, "a veces las cosas se nos ponían muy feas", tanto que hasta el exalcalde Ramón Campos tuvo que ponerse las "katiuskas" para "ayudar".

Eran tiempos difíciles, en los que la "precariedad de medios se suplía con trabajo, imaginación, coraje", relató Fernández Bascuas. De la primera base radicada en el Concello, dado el "crecimiento exponencial" de la agrupación se pasó "casi por ocupación" al local sito en el bajo del antiguo instituto que tuvo como sede hasta anteayer. Las obras, la "generosidad de los estradenses" (hubo empresas que le cedieron mobiliario y hasta el 4L y el Polo con el que comenzaron), el camión de incendios del Concello, "4 o 5 talkies" conseguidos "llorándole al alcalde y, sobre todo, el trabajo y el esfuerzo de los integrantes de Protección Civil fueron los mimbres con los que se trenzó la "historia del éxito" actual de A Estrada en materia de emergencias.

"Cuanto más grandes eran las dificultades, más empeño poníamos en salir adelante", recordó Chus Fernández. A ella, como a todos los fundadores y actuales miembros de la agrupación, les llovieron ayer los elogios. Y la persona a la que más se le reconoció ayer su labor en esa materia, el exedil Manuel Somoza, se quedaba ayer en un segundo plano y solo se acercaba a los objetivos de las cámaras cuando era reclamado por los periodistas.

Para él, las instalaciones inauguradas ayer son "idílicas". Al recorrerlas no podía evitar recordar anécdotas de antaño. Entre los momentos más "jorobados" citaba el incendio de Barcala que cercó al actual coordinador de Emerxencias, a 4 voluntarios y a una pareja de la Guardia Civil. Solo pudieron escapar gracias a la labor de los aviones de incendios, que regaron a fondo una zona determinada para que, pasando por ella, pudieran huir. Fue, sin duda, el día que peor lo pasó. Pero la memoria de Somoza y la de Soutelo atesoran otras muchas anécdotas de una época en la que la agrupación rondaba los 200 voluntarios. "No había profesionales. Funcionábamos con voluntarios y objetores de conciencia", recuerdan. "Lo pasábamos bien". Y es que para el recuerdo quedan anécdotas como la vez en la que reunieron a 98 voluntarios para dar respuesta a las necesidades de un operativo puesto en marcha por la Vuelta Ciclista a España. Apenas cabían en la base. Y no tenían los medios adecuados para desarrollar su labor. A falta de ropa adecuada, uniformaban al personal con unos sencillos "petos". Eran las necesidades que la agrupación tenía entonces.

Hoy el servicio -aunque con una sede óptima- sigue teniendo necesidades. Sus 19 efectivos son insuficientes para conformar 5 grupos de cuatro personas para cubrir todas las guardias. Hay 2 de 4 y 3 de 3 miembros. En estos últimos, si dos efectivos tienen que salir con la ambulancia, el que se queda en la base debe cruzar los dedos. Si se produce otra emergencia, debe acudir solo y pedir apoyo a otros entes como el Parque de Bombeiros de Deza-Tabeirós-Montes. Dos o tres efectivos más dotarían al Servizo de Emerxencias de A Estrada de más tranquilidad en el ejercicio de una labor de vital importancia para toda la ciudadanía.