Monsieur Vergez pide perdón por no hablar "ni gallego ni español" y lo primero que hace es manifestar que "me gusta mucho la comida que nos están dando la familia que nos acogió". Vergez indicó que no sólo él se había enamorado de la gastronomía lalinense porque "al resto de los que estamos aquí también les encanta esta cocina". Conoce la costa mediterránea española, pero tiene claro que cuando vuelva a Francia será un nuevo admirador de las excelencias gastronómicas dezanas.