La crisis demográfica en Deza y Tabeirós se ve acentuada con los movimientos migratorios, que muestran los balances de las personas que llegan y se van de las comarcas. Así se pone de manifiesto, ya con los datos cerrados del pasado año, en el que abandonaron este territorio 63 personas más de las que pasaron a ser nuevos habitantes de pleno derecho. En siete de los nueve concellos de la zona el saldo migratorio es negativo y solamente atrajeron un mayor volumen ciudadanos de los que se fueron dos municipios: Lalín y Forcarei. En la cabecera comarcal dezana fueron 163 personas más, mientras que en Forcarei el balance es favorable en ocho.

En primer lugar, y de forma conjunta podemos interpretar los datos que acaba de hacer públicos el Instituto Galego de Estatística (IGE), que sitúan las migraciones en 1.899 personas, frente a las 1.836 que dejaron Deza y Tabeirós. Un año antes el saldo también había sido negativo, en este caso en 86. Al menos ahora esta diferencia se ajusta algo más. A Lalín vinieron durante el pasado ejercicio un total de 745 personas, mientras que dejaron el municipio otras 582. Silleda recibió a 277, una menos de los que decidieron emprender una nueva vida personal o profesional lejos de sus fronteras municipales. Mientras Trasdeza el saldo migratorio no le perjudica demasiado, aunque tampoco presenta un balance favorable, la situación es mucho peor en otras localidades. En Vila de Cruces hubo 77 habitantes más que se fueron de los que llegaron, con un reparto de 123 y 200 respectivamente. En Rodeiro son casi una treintena más los que abandonaron el municipio, pues emigraron 83 ciudadanos y solamente llegaron 56. Agolada atrajo en doce meses a 57 inmigrantes, pero perdió 81 residentes. El caso de Dozón, el concello menos poblado de las comarcas, es más preocupante. En un año llegaron a la localidad siete personas, pero hasta 46 se empadronaron en otro ayuntamiento.

A Estrada soporta, al menos por segundo año consecutivo, un fenómeno migratorio en el que no es capaz de atraer a más gente de la que se va. El pasado ejercicio recibió a 391 ciudadanos y vio como se iban otros 426. En una comparación con Lalín cabe destacar que la capital dezana cede incluso más personas para otros territorios que la de Tabeirós, pero este aspecto se ve compensado con la llegada de más foráneos. El saldo positivo de Forcarei, de ocho vecinos, se debe a que los 99 que llegaron paliaron la salida de 91. En Cerdedo se dieron de alta 112 ciudadanos, pero causaron baja otros 112.

Atendiendo a los datos conjuntos de la denominada emigración e inmigración interna, cabe destacar que de los 1.899 vecinos que se fueron de las comarcas, 1.320 lo hicieron dentro de la propia provincia o incluso entre los municipios de la zona. Lo mismo acontece con las inmigraciones. Así las cosas, del total de 1.836 ciudadanos que se dieron de alta en alguno de los nueve concellos de las dos comarcas, 1.236 corresponden a fenómenos de inmigraciones internas.