En el pleno de noviembre, el BNG propuso en una moción que el Concello impulsase una ordenanza de normalización lingüística, para la que aportaba un borrador. Ayer, la edil de Normalización Lingüística, Aida Castro, presentó un documento en el que único punto de debate que quedó abierto hasta la sesión plenaria fue el preámbulo de dicha ordenanza. El portavoz del Bloque, Matías Rodríguez da Torre, propuso que la introducción del texto se cambiase por una más extensa redactada por su partido, en el que se recogía la evolución histórica del gallego, desde su carácter de lengua oficial en el siglo XIII tanto en cuestiones eclesiásticas como de Estado a su declive a partir de finales del XIV y su recuperación en el XIX. Para Da Torre, "este preámbulo explica el porqué de dicha ordenanza". Finalmente, hubo consenso entre los tres partidos, "porque si el 95% del texto está propuesto por nosotros, no vamos a discrepar por 12 líneas", señaló el líder del BNG, no sin antes indicar que desde el gobierno local no quiso cambiarse el preámbulo "por una cuestión ideológica".

La ordenanza normativiza la relación del Concello con terceros, de modo que toda la documentación que remita ha de ir en lengua gallega. Contempla, también, un papel de dinamización lingüística mediante la difusión de material que promocione el idioma en ámbitos como la enseñanza, la juventud o el empresariado. Sobre la mesa queda la puesta en marcha de una comisión de seguimiento, que se reunirá una vez al año, para ver el grado de desarrollo, en la práctica, de esta norma.

El BNG ya hizo un intento de dotar al Concello de una ordenanza de normalización en el año 2010. Por aquel entonces, la propuesta no salió adelante por el voto en contra del PP "o, en realidad, de los que promovieron la moción de censura", puntualizó Da Torre.