Faltaban escasos minutos para las doce del mediodía cuando un grupo de 70 niños, los alumnos de infantil del CEIP Nosa Señora da Piedade, daba buena cuenta de las castañas asadas que le había servido la organización de la 24ª Feira da Castaña en la Praza Juan Carlos I. A su alrededor, los adultos que se habían desplazado al mercadillo contemplaban con atención todos los productos de otoño que exhibían ocho puestos de otros tantos vecinos del municipio, a los que se sumó un stand de Rosquillas Dora, de Piloño.

Calabazas enormes, remolachas de considerables dimensiones y hasta maíz de color negro llamaban la atención de los presentes, que ante tales vistas llegaban a la conclusión de que las tierras de Vila de Cruces son más que idóneas para producir frutos excelentes. Todos los stands participantes se llevaron premios donados por empresas locales, entre las que no podía faltar la archiconocida Adegas Castrobrey. Así, con 44 puntos resultó vencedor el puesto de Albino Espiño, de Piloño, seguido por el de Florentino Varela, de Oirós (con 41 puntos) y el de Luisa Quinteiro, de Carbia (40). En cuarto lugar se clasificó Lucho Rodríguez, también de Piloño (36 puntos), por delante de Ramón Saavedra, de Salgueiros (35), la marca Castelo de Alcobre, de Piloño, y Concepción Vázquez, de Larazo, ambos con 30 puntos. Cierra la lista la vecina Ainhoa, de la que no se facilita ni el apellido ni la localidad, con 23 puntos.

La degustación de castañas cruceñas y vino del país tuvo tal éxito que se asaron 300 kilos de este producto, de modo que sobraron tan sólo 20. No cabe duda de que la cita gastronómica contribuyó a dinamizar el mercadillo ambulante de ropa, calzado y enseres domésticos y de labranza. La próxima gran cita de Vila de Cruces ya será en diciembre, con motivo de la Feira do Galo de Nadal, que cumple 16 ediciones. El año pasado durante esta cita se repartieron 800 raciones gratuitas.