El gobierno de Lalín aprobará esta mañana en el pleno, tras años de espera, una ordenanza específica que regula la protección del medio ambiente, la limpieza de los espacios naturales y la convivencia ciudadana. La normativa tiene por objeto la regulación, intervención y control administrativo de todas las conductas, actividades, bienes y recursos susceptibles de afectar a la calidad ambiental y prevenir así daños al entorno. Mediante una acción preventiva por parte del Concello, se desea por tanto, mitigar los impactos adversos sobre la salud humana y el medio ambiente. La ordenanza contempla sanciones de entre 750 y 3.000 euros para los casos más graves.

Serán penalizadas como acciones más severas las conductas vandálicas o agresivas en el uso del mobiliario urbano que generen situaciones de riesgo o peligro para la salud e integridad física de las personas. Depositar, abandonar, verter o eliminar de forma incontrolada residuos en terrenos públicos o privados, márgenes de los ríos, vía pública, calzadas o caminos y solares, cuando esta acción, por su entidad o volumen no merezca la calificación de grave o muy grave. También el vertido incontrolado o depósito de residuos municipales cuando se ponga en peligro grave la salud de las personas y sea en espacios protegidos o represente un daño grave para el medio ambiente. Los actos muy graves podrán ser sancionados con entre 1.501 y 3.000 euros.

Las faltas consideradas como graves prevén multas económicas de entre 751 y 1.500 euros y son ocho los supuestos: Mover elementos del mobiliario urbano cuando pueda haber daños a personas o en otros bienes con los que pueda alterarse la convivencia ciudadana. Abandono o vertido incontrolado de residuos municipales sin que se pusiese en riesgo la salud de la ciudadanía. Depositar desperdicios procedentes de obras menores de construcción o reparación domiciliaria en la vía pública o en los contenedores de uso colectivo. La obstrucción a la actividad de vigilancia del Concello, entrega o cesión de residuos municipales no peligrosos a personas físicas o jurídicas distintas de las señaladas en la legislación. Depósito en los contenedores municipales de desechos industriales que deban ser gestionados por un gestor autorizado, quemar plásticos o depositar plásticos de uso agrícola en contenedores de basura. Como leves -sanciones de hasta 750 euros- se incluyen en la nueva normativa casos como defecar, orinar o escupir en espacios públicos o sobre el mobiliario u otro bien de concurrida afluencia de personas o frecuentado por menores. Tirar en el suelo cáscaras, papeles, chicles, colillas o envoltorios, abandonar productos en la vía, limpieza de alfombras o de vehículos en la calle, tirar agua de la cocción del pulpo al alcantarillado, verter comida o restos vegetales que puedan ser usados como compostaje en contenedores, tirar a los colectores recipientes de herbicidas, medicamentos o productos fitosanitarios, dejar cartón o papel tirado en la vía pública excepto en establecimientos de recogida puerta a puerta, pasear o permitir la entrada de perros en parques públicos o jardines donde haya zonas infantiles, pasear por zonas publicas perros potencialmente peligrosos. También colgar ropa en fachadas, hacer quemas agrícolas en terrenos urbanos afectando a fachadas de edificios próximos, manipular los colectores, ensuciar la vía pública como consecuencia de tenencia de animales o el abandono de excrementos, echar al contenedor restos de las matanzas domiciliarias, colocar carteles o pancartas en mobiliario urbano o colectores o también consumir bebidas alcohólicas en la vía pública cuando pueda alterarse la convivencia o el ejercicio de los legítimos derechos por otra persona o colectivos.

Una de las metas que persigue esta nueva y estricta normativa es la de promover la concienciación y la participación de toda la ciudadanía en la defensa del medio ambiente, tanto en los ámbitos rural como urbano. La implicación de los lalinenses será clave para lograr los objetivos de sostenibilidad, que incluyen minimizar la producción de basura, separar la recogida, promover el ahorro energético y de los recursos naturales o proteger el paisaje. La concejala de Medio Ambiente, Celia Alonso, hizo hincapié ayer en que el municipio no puede permitirse pagar tanto dinero por el tratamiento de la basura, destacó el elevado volumen de impropios que aparecen en los contenedores y anunció campañas de concienciación ciudadana en aras de favorecer el bien comunitario.