Después de que la carretera que une A Estrada con Santiago, la PO-841, sumase el lunes a su haber un nuevo accidente de circulación a la altura de O Rollo, el BNG solicitó ayer públicamente a la Xunta de Galicia que adopte, en calidad de titular de esta infraestructura de comunicación, medidas encaminadas a incrementar la seguridad vial en el tramo final de la conocida como recta de Baloira, en dirección a la capital compostelana.

El portavoz del grupo municipal nacionalista, Xosé Magariños, destacó que este tramo de fuerte pendiente termina en una curva y que, "a pesar de estar limitada la velocidad, es un punto negro donde se registran continuos accidentes de tráfico, alguno con fatales consecuencias", expresó.

El Bloque considera "lamentable" que las autoridades competentes "todavía no haya hecho nada a estas alturas, dado el elevado número de accidentes que se registran en este e tramo". Magariños dijo esperar que ahora el alcalde, José López Campos, "haga las llamadas oportunas para que en pocas semanas veamos alguna mejora que garantice una circulación segura en este tramo". Subrayó también que por este punto pasan cada día cientos de vecinos de A Estrada que se desplazan cada jornada hasta Santiago, principalmente por motivos laborales y académicos, junto con el acceso a servicios como los que ofrece el área sanitaria a la que este municipio se encuentra adscrito.

Tras aguardar que el gobierno local realice gestiones encaminadas a la adopción de medidas que permitan reducir la siniestralidad de esta infraestructura, el BNG avanzó que también tomará cartas en el asunto. Lo hará a través de su grupo en el Parlamento de Galicia, canalizando en la Cámara gallega una iniciativa para instar a la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestruturas a realizar las acciones oportunas para elevar la seguridad y evitar nuevos accidentes a la altura de O Rollo, en la parroquia estradense de Santa Cristina de Vea.

No es la primera vez que desde A Estrada se pone el acento en la siniestralidad de la PO-841. De hecho, a comienzos del pasado año se dio traslado a la Xunta de la existencia de varios puntos conflictivos en el tramo estradense de esta infraestructura. Fueron cuatro los considerados por el ejecutivo local como puntos negros para la circulación por esta vía en el término municipal. Después de los pertinentes estudios técnicos por parte de la consellería, se programaron y ejecutaron actuaciones en todos ellos. Las obras terminaron en diciembre de 2014, precisamente en la pronunciada curva que pone fin a la recta de Baloira.

Descartaron firme deslizante

Cabe recordar que en esta zona la Xunta descartó que la elevada siniestralidad registrada se debiese a un problema de firme deslizante, achacándola en cambio a altas velocidades y a una inadecuada señalización, según se explicó desde el ayuntamiento tras las correspondientes inspecciones técnicas.

Para combatir esta situación, se apostó por mejorar la señalización, advirtiendo a los conductores de la presencia de una curva peligrosa ante la que se sugiere aminorar la velocidad a 50 kilómetros por hora. Justo después de esta curva comienza la limitación de 60. A mayores, se colocaron los denominados "ojos de gato" para mejorar la visibilidad nocturna en este tramo de la PO-841, concretamente, en la parte central y en el lateral de la calzada.

En un primer momento desde el Concello se valoró que en el tramo final de la recta de Baloira podría existir un problema de superficie deslizante, estimándose que la solución pasaría por aplicar un tratamiento a toda la curva, algo que finalmente quedó descartado. Este tratamiento sí se aplicó, por el contrario, en una curva de la PO-841 próxima al casco urbano, en las inmediaciones del tanatorio, otro de los puntos negros que a comienzos del pasado año se apuntó desde el ayuntamiento.

Se aclaró en su momento que aunque el número de accidentes al final de la recta de Baloira no suele ser, al cabo del año, tan elevado como en la salida del casco urbano en dirección a Santiago, los siniestros que se producen en este punto acostumbran a deparar heridos de mayor gravedad.