La preservación de los valores culturales y patrimoniales del territorio y el paisaje fueron algunas de las cuestiones abordadas en las jornadas de ayer. El director del departamento de Xeografía de la USC, José Antonio Aldrey, defendió que actualmente el rural gallego ya no es agrario. En este sentido dijo que tomo todavía no es otra cosa, es preciso una vida socioeconómica que sustituya o sobrepase los efectos que la crisis ocasionó al medio rural tradicional, reivindicando la importancia de la Lei do Solo para preservar los valores culturales.

Isabel Aguirre, de la Escola da Paisaxe de la Fundación Juana de Vega, indicó que las nuevas tecnologías posibilitan que mucha gente vaya a vivir al rural. "El paisaje tiene que estar vivo, porque responde a las necesidades de una sociedad", dijo, además de indicar que Internet, comunicaciones, energías renovables y la recuperación de viejas construcciones son claves para la conservación del paisaje.

Juan Raposo, profesor de Derecho de la Universidade de A Coruña, dijo que la dicotomía que históricamente se representa entre rural y urbano está cada vez más difuminada.