La Casa da Cultura de Silleda coge este sábado un ambicioso proyecto donde arte, tradición e historia irán de la mano con motivo del 150 aniversario de la advocación mariana del santuario de La Saleta. El programa titulado "Silleda no século XIX" incluye una exposición abierta al público hasta el 13 de julio, audición musical y una serie de conferencias sobre expertos. Entre ellos figura el delegado episcopal de Patrimonio Histórico-Artístico de la Diócesis de Lugo, César Manuel Carnero Rodríguez.

-¿Centrará su charla de Silleda sólo en el arte sacro trasdezano del siglo XIX o hará un recorrido por otras épocas históricas?

-Tengo entendido que la exposición está muy centrada en ese período pero mi intención es hablar en primer lugar del arte sacro en general y, también haré un recorrido por el existente en Trasdeza desde el románico hasta el siglo XIX para que los asistentes puedan tener una visión más global.

-¿Cuál es el grado de conservación en el que se encuentra el patrimonio artístico religioso en la comarca dezana?

-Se puede decir que, en general, es un nivel aceptable. En lo que se refiere a los edificios, también en general, se encuentran en buen estado de conservación porque todavía están en uso, aunque hay casos puntuales como el de Carboeiro donde sería necesario una actuación más completa. Sin embargo, en lo que a los bienes muebles se refiere, como los retablos, la conservación es bastante irregular. Lo que peor se encuentra, sobre todo, es la escultura y, como te decía, los retablos existentes en la zona.

-Como delegado episcopal de Patrimonio, ¿sigue de cerca el estado de conservación de ese gran número de bienes?

-Debo de reconocer que, desgraciadamente, no conozco demasiado la zona porque la diócesis es muy amplia. Hay que tener en cuenta que tenemos un total de 1.138 parroquias, siendo la diócesis con más parroquias de toda España. Además abarcamos, además de la provincia de Lugo, parte de las de Pontevedra y Ourense. Todo ello dificulta mucho el trabajo de seguimiento y de conocimiento porque se trata de una extensión muy grande pero, en la medida de mis posibilidades, procuro estar al tanto de lo que sucede en Deza y Trasdeza.

-¿Cuál es el mayor peligro que acecha al patrimonio histórico-artístico de la Diócesis de Lugo en general, y de la zona de Deza y Trasdeza, en particular, hoy en día?

-Se hizo un gran esfuerzo para evitar que las iglesias desaparecieran porque, como todo el mundo sabe, el rural se está quedando sin población y, por lo tanto, los cultos religiosos desaparecen con la falta de fieles. La prioridad fueron las cubiertas de los templos y, también, lo que es el edificio en sí para que algunos no se vinieran abajo ante el deterioro que presentaban después de tanto tiempo sin actuaciones en sus respectivas estructuras.

-Cada vez que se habla de restaurar o recuperar patrimonio aparece el fantasma de la falta de financiación, sobre todo, en los tiempos que corren. ¿Puede la diócesis asumir en solitario todos los gastos?

-Es evidente que la Diócesis de Lugo por sí misma no puede afrontar la conservación y la restauración de un patrimonio tan grande y, como te decía antes, tan desperdigado geográficamente hablando.

-¿Sería necesario buscar otra fuente de ingresos para poder asumir todos esos trabajos?

-Personalmente, el tema me preocupa porque habrá que plantearse de una vez por todas qué hacer realmente con el patrimonio. Siempre pongo como ejemplo de lo que se debe hacer las obras de restauración de la capilla mayor de la catedral de Lugo de hace tres años. La limpieza y consolidación de las pinturas murales permitió recuperar el mejor conjunto de pintura del barroco gallego con el que cuenta la basílica de Santa María. Fue una tarea muy complicada pero, a la vez, tremendamente agradecida porque el resultado final fue el que todos esperábamos: Volver a poder admirar una obra de arte.