Después de que el día 24 Virxe Peregrina recurriese ante el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia el estudio de detalle para la humanización del entorno de la Praza de Abastos, el colectivo y el gobierno local retomaron ayer el diálogo orientado a consensuar una solución que satisfaga a ambas partes. Aunque estas acudían a la reunión con voluntad de escucharse y de acercar posturas, al término del encuentro -entre el alcalde José López, el edil de Promoción Económica Óscar Durán y el secretario y el tesorero de Virxe Peregrina, José Antonio López Pampín y Honorino Silva- seguían discrepando en el acceso para discapacitados desde la Praza do Mercado, la conmúnmente Plazuela.

Para garantizar la accesibilidad de discapacitados -dado que para llegar al nivel de la plaza desde ese ámbito hay que salvar un desnivel de 1,80 metros- el gobierno sigue apostando por mantener la rampa de 1,50 metros ideada por el arquitecto Juan Picáns. Aboga por que desemboque en el mismo descansillo que la escalinata frontal de la plaza por Waldo Álvarez Ínsua, hasta donde está dispuesto a prolongar también la rampa procedente de la calle Padrón. La procedente de la Plazuela discurriría en paralelo a la acera frontal que bordearía el nuevo mercado y a la que también podrían acceder por una doble escalinata en ángulo los usuarios que desde la Plazuela quieran acceder al porche de acceso al futuro centro de día y a la ludoteca. Pero esa propuesta haría inviable crear en Waldo Álvarez Ínsua los 4 aparcamientos en batería que proponía Virxe Peregrina. Este colectivo propone, en todo caso, pegar la rampa de Picáns a la plaza -suprimiendo en esa esquina el acceso del bulevar central- y ganar así 4 aparcamientos entre la escalinata frontal de la plaza y la Plazuela.

No obstante, la propuesta idónea de accesibilidad desde este ámbito que sigue defendiendo Virxe Peregrina -ideada por el estudio técnico local Arcadia- consiste en una rampa en dos tramos que partiendo desde la confluencia entre Waldo Álvarez Insua y la Plazuela ascendería hasta la cota del punto más alto de la bancada de piedra que mira hacia el actual parque infantil. Luego, desde ahí, emprendería camino en dirección contraria para salvar el resto de la altura hasta la entrada de la plaza. Sin embargo, el gobierno no ve acertada esta propuesta por su "feísmo constructivo". Cree que, en la práctica, supone construir un muro que cortaría la visibilidad entre la Plazuela y Waldo Álvarez Ínsua. Defiende que su alternativa tiene menor impacto visual porque la altura que separa la calle Waldo Álvarez Ínsua de la propia plaza se ve atenuada por la suave pendiente frontal derecha ideada por Picáns.

Finalizaría en el descanso superior de la escalinata frontal, que se retranquearía 60 centímetros. El gobierno le dijo ayer a Virxe Peregrina estar dispuesto a ceder en ese punto, en ensanchar la acera de enfrente a la Praza de Abastos de 1,50 a 2 metros en favor de los vecinos así como en retocar su propuesta inicial de aparcamiento solo para carga y descarga en Waldo Álvarez Ínsua. De un área para dos camiones, propone pasar a una para cuatro vehículos.

Virxe Peregrina estaría dispuesta a ceder en este punto pero no en la supresión de las 4 plazas de estacionamiento del siguiente tramo. Reclama que los técnicos de ambas partes se reúnan para buscar una solución consensuada y destaca el gasto que Virxe Peregrina ha realizado en el proyecto y en abogados.

Lo que valoran unos y otros fue el interior de la Plaza de Abastos, que el gobierno le mostró ayer a Virxe Peregrina. Esta valoró el resultado pero cree que necesita "más servicio" de aparcamiento y que no debe perjudicar a los vecinos, convirtiendo Waldo Álvarez Ínsua en un callejón.