Cristimil podría albergar un segundo castro, al margen del ya catalogado bajo la denominación de O Coveliño. El geógrafo lalinense Antonio Presas ha hallado "indicios probados" de la existencia de otro asentamiento castreño a menos de 200 metros de distancia del anterior. El investigador solicita al Concello de Lalín que adopte las medidas oportunas para su puesta en valor y le entrega un informe para que lo remita a la Dirección Xeral de Patrimonio a fin de realizar una comprobación avalada por arqueólogos autorizados.

El yacimiento se encuentra entre las aldeas de Mato, Sanxurdo y Cristimil, a menos de medio kilómetro de las tres y a unos 40 metros del antiguo Camiño Real do Ribeiro. Presenta parte de una muralla térrea, con terraplén interno y externo, por el lado sur, "que sería la zona que primero se debería resguardar al construir las estructuras de protección de un asentamiento por ser el lado de la pendiente ascendente", explica Presas. Este tramo curvado de muralla mide unos 40 metros y su altura máxima sobrepasa los dos. No se conservan indicios de foso externo, por lo que, "de existir, tuvo que ser de escasa profundidad". Entiende que pudo quedar taponado por los arrastres pluviales y los restos vegetales. La única "prueba sutil" que hace sospechar de su existencia es "un pequeño hundimiento que hay por la parte de atrás de la muralla, en un camino de servidumbre de acceso a la corona", expone el geógrafo.

La cercanía de este castro al de O Coveliño -o de Cristimil- permite a Antonio Presas formular hasta cuatro hipótesis sobre la relación entre ambos. La primera, y "la de mayor fundamento", es que el castro ahora descubierto es anterior al de O Coveliño. Los poblados castreños se ubicaban en lugares elevados, tipo outeiro, como es el caso. "Empezaron por construir la muralla por el lado más desprotegido, pero desistieron y se trasladaron a O Coveliño, un sitio con mejores recursos, como el agua de los manantiales", expone el profesor lalinense. Según esta hipótesis, el lugar -llamado popularmente O Castro- "no llegó a ser un asentamiento castreño como tal, sino una tentativa incompleta de transformar un outeriño en un castro".

La segunda hipótesis situaría al nuevo castro como una ampliación de O Coveliño, como sucede con los "castros dobles" de Bendoiro o Barcia, que "constan de dos coronas y un poblado único, unidos por estructuras de protección comunes". La tercera explicación sería que se trata de una mámoa transformada en castro, como sucede en A Barreira (Xaxán). Y la última alude a un castro parcialmente arrasado en la Edad Media y Moderna para crear estivadas o extraer piedras -hay restos de dos pequeñas canteras-; pero en la observación in situ "no se aprecian indicios de tal destrucción", alega.

Las cuatro hipótesis dan por sentado que allí hubo "un castro completo o a medio construir". Presas se apoya también en la microtoponimia del lugar (O Castro y Debaixo da Zarra do Castro), en las referencias orales (mouros) y en la aparición de un trozo de molino plano de granito, probablemente desenterrado en la roturación de un prado próximo. Además, a medio kilómetro, vecinos de la aldea encontraron un molino circular de mano cuando araban una finca en la década de 1970.