El 14 de junio, a las 9.00 horas, tendrá lugar en el Juzgado de lo Mercantil Número 2 de Pontevedra la subasta de las naves que posee Industrias González en el polígono de Botos (Lalín). Será una puja pública y con ella se pretende recaudar fondos con los que pagar las deudas de esta empresa de carpintería metálica, una de las más veteranas de la comarca y que no pudo soportar el desplome de la construcción.

A falta de conocer la tasación de las naves, ésta es la segunda puja de unas instalaciones fabriles de la empresa, después de que diciembre de 2011 se pusiesen a la venta -también en un acto público- las naves de Carragoso, donde Industrias González realizó su actividad desde 1976 y hasta que se trasladó a A Romea. Un particular adquirió el complejo por 270.000 euros, por encima de los 235.000 en que habían sido tasadas. Esta adjudicación truncó la intención de 24 extrabajadores -la empresa llegó a tener 81- de poner en marcha una Sociedad Anónima Limitada (SAL) para volver a trabajar en ellas. No sería la primera iniciativa de antiguos empleados de la ferrallista, puesto que dos obreros de Industrias González montaron, ya en junio de 2011, el taller Vayro.

Con la subasta de las naves de Botos pudiera abrirse, quizá, una nueva oportunidad para los exempleados de la firma. El sindicato CIG, que se encarga de asesorar a 46 de ellos, mantendrá una asamblea con la plantilla el próximo miércoles para ponerles al tanto de todos los detalles de la subasta. El responsable comarcal del sindicato, Antón Merayo, avanza que desde la organización "nos ofrecemos a echarle una mano a todos los posibles compradores de la zona". Hay que recordar que esos 46 trabajadores forman parte de los 57 afectados por el primer Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de extinción que se aplicó en mayo de 2010. Meses más tarde, también se prescindió de los 24 empleados restantes. Industrias González adeuda a la plantilla más de 300.000 euros, porque esos 57 operarios consiguieron una indemnización de 25 días por año trabajado, con un tope de 20 mensualidades. De estas cantidades, el Fondo de Garantía Salarial (Fogasa), les abonó ya 20 días hasta un máximo de 12 meses (esta cuantía es, además, la misma que Industrias González negoció con los 24 empleados del segundo ERE).

Cuando Industrias González entró en concurso de acreedores, en junio de 2010, su deuda rozaba los 11 millones de euros. A día de hoy, el crédito contra la masa, es decir, las deudas con proveedores y demás facturas pendientes, está ya saldado. Queda, por tanto, cubrir el crédito preferente, en el que se incluye la plantilla de operarios. Desde los sindicatos se insiste en que, precisamente gracias a la venta de maquinaria y al cobro de facturas, Industrias González sí está ahora en situación de abonar lo que debe a su personal. Los administradores concursales, en el último informe trimestral de 2012, estiman que entre octubre y diciembre se ingresaron 211.000 euros por ambos conceptos. Plantilla y sindicato aguardan los resultados del informe referente al primer trimestre de este año.