"¡Arriba, Sabucedo! ¡Por Paula!". Antes incluso de que las manadas de O Santo irrumpiesen en la mañana de ayer en el recinto en el que habría de celebrarse el tercer y último curro de la temporada en esta parroquia de A Estrada, un graderío a reventar ya levantaba sus brazos para formar una ola solidaria. Tuvo la fuerza suficiente para recaudar una suma de 3.000 euros con la que apoyar el costoso tratamiento médico al que precisa someterse en Alemania una niña de Boiro que padece una enfermedad llamada agenesia sacra. Nació sin sacro y sin dos vértebras, lo que afecta a sus extremidades inferiores. La casualidad quiso que lo recaudado ayer en el curro solidario celebrado en Sabucedo sirviese para completar los 265.000 euros que le hacen falta a la familia de esta pequeña, que el próximo 1 de agosto cumplirá dos años, para costear todas las operaciones y el tratamiento.

Aunque el acceso al último curro de la temporada acostumbra a ser de carácter gratuito, la asociación Rapa das Bestas quiso este año ayudar a los familiares de Paula Nieto Santos cobrando una simbólica entrada, a modo de donativo, de dos euros por adulto y un euro para niños mayores de cinco años. El público respondió con una presencia masiva, haciendo muy difícil encontrar un espacio vacío entre los asientos. Con la venta de entradas se lograron 2.700 euros en donativos, a los que se sumaron los 300 aportados por Manuel Rey, resultado de la recaudación obtenida durante la celebración del curro en las dos barras de bebida que instaló en Sabucedo.

Familiares y amigos de la niña de Boiro siguieron con atención el espectáculo. Cuando se anunciaron los donativos alcanzados, ellos mismos se encargaron de dar, emocionados, las gracias a todos los presentes y de anunciar que su ayuda contribuyó a completar la alta suma de dinero necesaria para que la pequeña, que en estos momentos se encuentra en Alemania, pueda ser sometida a todas las intervenciones y tratamientos que necesita para poder llevar una vida normal.

Emma Castaño, una amiga de la familia, relató a FARO que un grupo de seis personas –junto a ella están Eva Rivero, Juan Somoza, Jésica Muñiz, Mar Davila o Marga Pérez– llevan seis meses y medio impulsando iniciativas para recaudar fondos para esta causa. Una de ellas fue la recogida de tapones de plástico de botellas y envases por todo el país que luego entregar a una empresa de Palencia que los recicla.

Indicó que la niña ya puede gatear y ponerse de pie sola pero que todavía le queda un largo camino por recorrer. Señaló que esta oportunidad es posible "gracias a la gente", que "euro a euro" ha apoyado estas iniciativas para que sus padres "le puedan dar una vida digna". Añadió que Paula precisará operaciones hasta que deje de crecer y destacó que la administración únicamente le aprobó una ayuda de 150 euros.

Esperan a la conselleira

Los abuelos maternos de Paula, Francisco Santos y Dolores García, presenciaron también ayer emocionados el curro solidario celebrado en favor de su nieta durante esta fiesta de interés turístico internacional con que cuenta el Concello de A Estrada. Consideraron la aportación de la administración pública una "limosna", que todavía no les fue ingresada. El abuelo añadió que él y su hija, María Jesús Santos, llevan ya largo tiempo aguardando a ser recibidos por la conselleira de Sanidade, Pilar Farjas. Aprovecharon la ocasión para agradecer el apoyo mostrado por los ciudadanos que durante los últimos meses se fueron volcando para ayudar a su nieta.

Después de que Sabucedo brindase su curro más solidario, el alcalde estradense, José López Campos, quiso trasladar su felicitación al colectivo Rapa das Bestas por esta iniciativa, destacando la presencia de mucha gente de A Estrada en el curro para aportar "su grano de arena a una causa tan noble". Destacó que el curro estuvo lleno para respaldar esta llamada, subrayando también que, pese a la ampliación del aforo del recinto que se estrenó este año, las citas del sábado y el domingo también tuvieron que colgar el cartel de no hay entradas, dejando a gente sin la oportunidad de presenciar el espectáculo. "La Rapa late con fuerza", dijo López, quien observó en esta ancestral tradición "cada día más futuro".

De leyenda

Además de por la cara más solidaria y amable que puede mostrar la tradición, el último curro de este año estuvo protagonizado ayer por la leyenda de Makelele, un caballo apodado así por los de Sabucedo por su bravura y carácter escurridizo. A él le toca proteger una manada de unas 40 cabezas, a las que guía para escabullirse cada vez que los aloitadores tratan de bajarlas a Sabucedo para la Rapa. Los valientes de esta parroquia llevaban cinco años intentando bajar a Makelele a la aldea y, después de varias horas de trabajo, en esta edición su empeño dio frutos. Sin embargo, el carácter salvaje del équido hizo que se resistiese hasta el último curro. Ayer entró en él. Se revolvió, pero el valor de los de Sabucedo terminó por doblegar su rebeldía. Los aplausos fervorosos del público acrecentaron su leyenda. Makelele, de gran tamaño, salió rapado. Eso sí, tuvieron que cortarle las crines de cabeza y cola de pie. No dobló la rodilla. El presidente de Rapa das Bestas, Pepe Paz, uno de los que aloitó a este grandioso ejemplar, explicó después del curro que más que a bravura, este gesto es típico de los machos, siendo las yeguas las únicas que se tumban sobre la arena.

Paz realizó un positivo balance de esta edición de la Rapa das Bestas. Indicó que el tiempo no ayudó en las labores de búsqueda y reunión de las manadas y que ello hizo que solo pudiesen bajarse unas 350 cabezas. No obstante, señaló que fueron suficientes para la celebración de los tres curros de la temporada, rapando en cada uno de ellos a una media de 25 animales. El presidente de Rapa das Bestas indicó que se aprovechó para colocar el microchip a los nuevos potros.

Después del curro, los caballos fueron conducidos al cierre de O Castelo, donde estaba previsto que pasasen la tarde para que las manadas pudiesen volver a reunirse y salir, por su propio pie, hacia los montes en los que viven.

Los valientes de Sabucedo trataban de recuperar el aliento y la energía en la tarde de ayer después de horas de intenso trabajo. La Rapa alcanza cada vez una dimensión mayor y el trabajo se hace más fuerte. Hace tiempo que traspasó fronteras. La tradición cabalga a galope tendido por las venas de los vecinos de esta parroquia, que, después de reponerse de esta edición, comenzarán a trabajar con empeño para preparar la siguiente, cuidando que las manadas de O Santo corran libres y regresen para cumplir con un ritual que perpetúan juntos desde hace siglos.