A Estrada vivió ayer su viernes 13 más aterrador. Tras el grito de ¡acción! salido del megáfono que sostenía Pedro Pérez, de Trípode Producciones, la céntrica calle Justo Martínez se convirtió en el escenario de un ataque zombi. La organización calcula que un centenar de personas caracterizadas como muertos vivientes se sumaron a la zombie walk convocada para la grabación de un tráiler promocional del festival de cine de terror Panic, que también subió en la medianoche de ayer el telón en las salas Minicines Central con la película El Resplandor.

"Nos lo hemos pasado de maravilla", confesaba Pedro Pérez al término del rodaje. El equipo –también integrado por Fernando López y José López– tuvo ya ocasión de visionar alguna de las imágenes tomadas por las tres cámaras empleadas para la ocasión y está convencido de que el resultado será satisfactorio. Pérez reconoció que el evento logró convertirse en un "éxito" por el número de personas que se sumaron a esta particular y apocalíptica marcha. Y es que, a los alrededor de cien zombis que amenazaban con devorar a todo el que se les pusiese por delante, se sumaron muchos actores improvisados dispuestos a hacer, como humanos de carne y hueso, de suculento plato para estos "caminantes", como se les ha dado en llamar de manera especial últimamente gracias al éxito de apuestas cinematográficas y televisivas de este género.

Los zombis se concentraron en la Praza da Constitución, junto al consistorio, a las 19.00 horas. A los actores de la Escola Municipal de Teatro se sumaron otras muchas personas dispuestas a interpretar y bordar el papel, algunas de ellas incluso llegadas de puntos como Vigo o Santiago. El escenario no podía ser más apropiado. Trípode sembró el pretendido caos en la calle para preparar este ataque. Papeluchos blancos esparcidos por doquier –pidieron expresamente perdón a los equipos de limpieza por el trabajo extra–, máquinas que echaban un denso humo que otorgaba un tétrico manto al ambiente o, incluso, coches cruzados en medio de la calle. Sus ocupantes, al igual que sucedía con los usuarios de algunos cajeros, eran víctimas del instinto devorador de los muertos vivientes. Entre zombis y humanos, más de 200 personas se sumaron a este ataque, al viernes 13 en el que la muerte tomó vida y caminó por A Estrada.