Los colectivos políticos y sociales de la comarca muestran su repulsa a la instalación de la incineradora de basuras en los límites del concello de O Irixo con Lalín y Dozón. El respaldo al alcalde de éste último, Adolfo Campos, para alejar la planta no se ha hecho esperar, aunque este apoyo viene acompañado de cierta cautela. El munícipe lalinense, José Crespo, apunta que la "posible implantación" de la incineradora que promueve Estela Eólica en O Irixo "no es una buena noticia ni para Lalín ni para la comarca de Deza", debido a su proximidad.

El alcalde recomienda prudencia hasta tener toda la información acerca del plan, aunque recalca que "ya hemos dicho que no compartimos el proyecto de situar en el centro de Galicia esta instalación". "Pese a que damos por supuesto que estas instalaciones cumplen las normativas europeas vigentes, que son las más exigentes del mundo en materia ambiental y que en ocasiones están estigmatizadas sin demasiado rigor, entendemos la posible alarma social que se puede derivar de un anuncio de este tipo", valora el regidor lalinense.

A pesar de que anteayer el conselleiro de Medio Ambiente recalcó que la planta descartó Dozón "porque no se ajustaba a las características técnicas", Crespo lo entiende como un logro. A su juicio, Estela Eólica buscó otra sede "porque nos opusimos a la localización en Dozón. Ahora, al estar en otra provincia, la capacidad de presión disminuye sustancialmente". El alcalde lalinense tiene intención de reunirse, junto a los demás regidores de la comarca, con Hernández y su homólogo de O Irixo, Manuel Penedo, para "evaluar el emplazamiento del proyecto".

Sus compañeros de partido, los alcaldes populares de Agolada y Vila de Cruces, también se muestran cautos. El regidor agoladense, Ramiro Varela, asegura que "apoyaremos a Adolfo Campos para apartar la incineradora y una vez que se conozcan, en concreto, los daños que puede causar". "La otra cara de la moneda en esta cuestión es si puede generar empleo y vida para la zona", añade. A falta de conocer el informe definitivo, en el proyecto original una de las cinco plantas de transferencia de basura se ubicaba, precisamente, en Agolada. Por su parte, el primer edil cruceño, Jesús Otero, reconoce que su concello será, si cabe, el más lejano a la incineradora, y prefiere dejar en manos de los técnicos "la valoración de la cuestión ambiental".

A falta de conocer la postura del regidor rodeirense, Luis López, con quien no pudo contactar esta Redacción, la alcaldesa socialista de Silleda, Paula Fernández Pena, deja claro que sus vecinos están en contra de este sistema para el tratamiento de basuras. "En Silleda ya hubo un movimiento social muy contundente contra la incineración de residuos cuando nos colocaron la planta de transferencia de basuras" a la estación de Sogama en Cerceda. Aunque esta empacadora tiene un sistema y un impacto ambiental diferente al de la futura incineradora del sur, Pena recalca que "su ubicación es tan mala como si nos la colocasen en Dozón", y aguarda que los seis alcaldes, al margen de su color político, hagan frente común para poder modificar la decisión de la empresa y la Xunta.

Capa de comendador

En idéntica línea a la de Pena se manifiestan los socialistas lalinenses, que proponen a Crespo que cambie la capa de comendador de la Feira do Cocido que le colocó al conselleiro de Medio Ambiente por "una de basura". Piden, también, que el parlamentario lalinense Román Rodríguez se disculpe al tildarlos de alarmistas por asegurar, hace meses, que la Sogama del Sur iría en el centro de Galicia.

Para el representante de Adega en el Alto Ulla, Marcial Barral, la incineradora "será no la del Sur, sino la del centro gallego". "No es justo que esta zona, con muchísima menos población que el sur gallego, cargue con la basura de zonas como Vigo y Pontevedra. Barral teme que los ciudadanos dejen de separar residuos para facilitar el reciclado, puesto que la incineradora va a quemar el 84,6% de los residuos. "Es muy grave, porque en esta época de crisis especulamos con la energía".

Desde Agolada, el presidente de Naturviva, Xoán Xosé Pallares, recalca que "somos de los pocos países europeos que apuesta por quemar basura y emitir dioxinas en lugar de hacer compost", utilizado como abono orgánico.