El Auditorio de Lalín se transformó ayer, y volverá a hacerlo hoy, en una gigantesca aula donde la asignatura que se imparte son las salidas laborales que ofrecen los ciclos formativos. Las IV Xornadas de Orientación Laboral do Deza están organizadas por los cuatro institutos de la comarca y se centran en los contenidos de los ciclos que se ofertan en los centros Laxeiro (Gestión administrativa, Electromecánica de vehículos y Equipos e instalaciones electrotécnicas); Aller Ulloa (Explotación de sistemas informáticos); Pintor Colmeiro (Conducción de actividades físico-deportivas en el medio natural y Comercio) y Marco do Camballón (Soldadura y calderería).

Aunque el contenido pormenorizado de estas aulas será analizado hoy por sus docentes, ayer fueron tres ex alumnos los que explicaron a los estudiantes de ESO y Bachillerato cómo capean las crisis los profesionales que han cursado ciclos medios. “As empresas nunca despedirán ao persoal de mantemento, porque somos polivalentes e tamén podemos adicarnos á producción”, explicaba Lucas, quien años atrás cursó un ciclo de mantenimiento industrial en el Laxeiro y que, tras los tres meses de prácticas “nos que traballas de balde pero nos que realmente aprendes”, trabaja en Industrias Lamela. “Teño compañeros de promoción en Unión Cristaleria, Metaldeza ou Finsa, e incluso outros matriculáronse en Enxeñería Técnica Industrial”.

La experiencia de la joven cruceña Emilia con las prácticas no fue tan exitosa. Pasó de cursar Biología en la Universidade de Santiago a matricularse en Comercio en Silleda, “despois fixen prácticas en Montoto, nos que facía o traballo que outros non querían”. Pero al año siguiente tuvo la oportunidad de establecer contactos con clientes extranjeros “e sacar todo o rendemento da beca Leonardo que tiven durante o curso e que me pagou a estancia en Irlanda”. En la actualidad, trabaja desde hace dos años en Banesto, “e estou onde estou grazas ao ciclo”, asegura.

En su caso, Óscar compaginó sus estudios de Informática con un trabajo como administrativo, ya que también había cursado este ciclo, así como con la organización de un curso de informática en el Aller Ulloa para alumnos de primer ciclo de la ESO. Tras las prácticas en Metaldeza, firmó un contrato laboral “e a día de hoxe traballei en moitos sitios sin facer nunca unha entrevista de traballo”, bromea. Los tres jóvenes destacaron el cambio que supone la inmersión laboral, “tanto pola dispoñibilidade de diñeiro como por poder aplicar o que aprendes nas clases teóricas, que lembrarás con cariño”, apunta Emilia.