El pleno de Lalín aprobó ayer sendos expedientes sancionadores, por importe de casi 11.000 euros contra la empresa Sufi, concesionaria de la recogida de basura y la limpieza, por incumplir la dotación de papeleras y la plantilla mínima. El gobierno consiguió el apoyo del BNG en estas propuestas, ya que los nacionalistas hicieron buen el dicho de "máis vale tarde ca nunca", pero el PSOE se abstuvo al considerar que se debía apostar por un expediente único y conjunto que recogiera todas las irregularidades desde 2002.

En este punto, el alcalde lalinense, Xosé Crespo, indicó que la posibilidad de rescindir el contrato, como pide el PSOE, está muy cercana y de hecho justificó el inicio de los expedientes como la base fundamental para romper la concesión si Sufi no cambia de actitud y cumple con la oferta por la que se llevó el concurso hace siete años.

Crespo dejó claro que las dos sanciones que se llevaron ayer al pleno "son as primeiras dunha batería delas" y enumeró problemas como la serigrafías de otros ayuntamientos en los contenedores de Lalín, el incumplimiento con las rutas, con los anclajes de los contenedores, así como con otros aspectos considerados menores. En este punto, indicó que se está elaborando otro expediente por una sanción muy grave y que hay en curso otros tres de menor calado, que se tratarán en la junta de gobierno local. Además, se han solicitado los contratos de los trabajadores desde el año 2002 con el fin de exigir a Sufi que devuelva el dinero cobrado proporcionalmente a los empleados que tuviera de menos según el pliego.

Con todo esto, el regidor, que tenía previsto recibir a los representantes de Sufi en la tarde de ayer, indicó que se va a romper el contrato tan pronto como haya expedientes suficientes si la empresa no cambia de actitud.

Crespo, que adelantó que la empresa va a recurrir estas sanciones, también indicó que las consultas con los juristas le recomendaron a no hacer un expediente único de rescisión, como pide el PSOE, ya que se perdería en los tribunales.

Finalmente, admitió cierta dejadez por parte del ejecutivo, aunque no pronunció esta palabra, ya que reconoció que las investigaciones sobre el servicio de Sufi comenzaron hace un año pese a las vetustas quejas de la oposición. "Fan cousas non previstas, pero tamén moitas outras de menos, aínda que esto xurdiu cando nos pediron máis cartos para limpar máis zonas do casco urbano", apuntó.

Por su parte, el PSOE se abstuvo en los expedientes en un gesto incomprensible, ya que estaba de acuerdo con ellos. Los socialistas achacaron su postura a la necesidad de romper ya el contrato al considerar que hay motivos y a lo que estiman una postura de "encubrimento" del gobierno al no velar por el servicio y asumir su responsabilidad.