Como cada 11 de julio, la parroquia forcaricense de Pardesoa se convirtió ayer en ineludible punto de encuentro para las legiones de devotos de San Benito, que defienden con fervor su condición de santo "máis milagreiro".

El goteo de fieles fue constante desde las 8.00 horas. No en vano, aseguran que San Benito se ha ganado a pulso su fama por curar todo tipo de males de cuerpo y de espíritu. Desde primera hora, recibió la visita de fieles que le confiaban sus necesidades -pidiéndole con fervor la curación de enfermedades- y le agradecían su favor al otorgarles otras gracias solicitadas en el pasado. Destacan las peticiones de resolución de granos, verrugas y enfermedades de la piel y, por ello, el aceite del santo fue tan reclamado.

El fervor se respiraba ayer en el santuario, que acogió misas durante toda la mañana y la previa a las "poxas" por la tarde. Personas de toda la comarca y de las limítrofes acudieron a su cita anual con el santo. Como ya había ocurrido durante la novena, los fieles volvieron a cubrir de velas y velones el habitáculo reservado para tal fin. La mayor afluencia de visitantes se registró a media mañana pero también fue muy concurrida la misa del mediodía, que culminó con una procesión. Pero lo que ningún devoto se quiso perder fue la imposición del santo, que Francisco Álvarez Pousa realiza desde hace 34 años -ahora ayudado por otros vecinos- haciendo uso de con la oración: "San Benito te favoreza e te libre de males extraños".