El Concello de Dozón ha solicitado por escrito su exclusión de la Mancomunidade de Terras de Deza, según confirmó ayer su presidente, el cruceño Jesús Otero Varela. Sin embargo, su salida, en caso de producirse, no podrá ser inmediata, ya que la legislación que regula estas agrupaciones estipula que debe ser pedida con un año de antelación. Esta nueva crisis vuelve a poner en tela de juicio a un ente cuestionado desde su creación y que ya tuvo amagos de abandono por parte de su actual presidente, Jesús Otero, años atrás, o la dimisión de su antecesor, el silledense José Fernández Viéitez.

La petición formal se produce después de varios llamamientos por parte del órgano comarcal al concello regido por el popular Adolfo Campos Panadeiros para que afrontase los pagos pendientes a que le obliga su pertenencia a la entidad. La marcha "non exime dos pagos contraídos ata o de agora", recuerda Jesús Otero. El Concello de Dozón adeuda la anualidad de 2007, que supera ligeramente los 6.000 euros, tras abonar con retraso la de 2006. También Silleda tiene obligaciones pendientes de pago correspondientes a esos dos ejercicios, aunque la alcaldesa se comprometió a pagarlos, siempre que la mancomunidad revele su utilidad.

El caso de Dozón está siendo estudiado por el secretario de la mancomunidad, César López Arribas, que también lo es del Concello de Lalín. La ley de mancomunidades dice que el abandono por parte de un miembro tiene que ser solicitado con un año de antelación para preparar la liquidación económica y concretar otros aspectos. Arribas intentó hablar con el secretario de la corporación castreña, que se encuentra de vacaciones en Cuba. Cuando regrese, se pondrá en contacto con él para ver qué pretende hacer realmente Dozón. Le informará de que es necesario acordar la marcha en el pleno municipal y después trasladar el acuerdo a la mancomunidad.

La marcha de Dozón podría afectar a la composición del pleno de la institución dezana, integrado en la actualidad por 25 representantes. Una opción sería mantener los 25 delegados, para lo que sería necesario un reajuste y un nuevo reparto entre los otros cinco concellos miembros, o bien quedar con 23, tras la salida de los dos representantes de Dozón, que ya apenas tenían participación en el órgano mancomunal. De hecho, Campos solía delegar su presencia en su hijo o en el teniente de alcalde José Adonis.

Cuadrilla de obras

Por otro lado, la mancomunidad pretende dar un impulso a su cuadrilla de obras, que está trabajando en Vila de Cruces desde el día 1 y que se desplazará el 15 a Agolada. Luego estará en Rodeiro otras dos semanas, y tres en Lalín, antes de desplazarse a Silleda. El equipo, al que se incorporan ahora dos albañiles, está formado por cinco personas y a la espera de un coche.