Pese a que la alcaldesa de Silleda, Paula Fernández Pena, dio el miércoles la crisis de su gobierno como superada y advirtió rotundamente que no habría más comunicados oficiales al respecto, ni la oposición ni parte de su propio partido se cree la pregonada unidad del equipo. En este caso, desde distintos frentes se pide al gobierno que recuerde el refrán que reza aquello de que malo es errar, pero peor es perseverar.

Silleda debe zanjar esta crisis, ahora borrada de un plumazo mediante una estrategia discutible, por el bien de los ciudadanos al que siempre alude el ejecutivo, que fueron los que le entregaron las responsabilidad de gobernar un concello que atraviesa por una situación financiera que no es nueva ya para nadie. Quizá la imagen que se intentó transmitir en la lamentable comparecencia en la casa consistorial fue tan sólo eso. No obstante, algunas fuentes aseveran que la fotografía que escenificó la fusión del PSOE con la Candidatura Independiente por Silleda (CIS), apoyada después, incluso, por el secretario xeral socialista, Emilio Pérez Touriño, y otros cargos de este partido, ya estaba, como mínimo algo desenfocada. Las desavenencias entre parte de la dirección del PSOE y los "independientes" que trabajaron para propiciar el desembarco en la alcaldía incluso habían comenzado antes y se prolongaron hasta hoy, pasando por momentos de más o menos unión que se rompieron en ocasiones por distintos motivos y también con diferentes actores.

En Silleda no sentó bien que el PSOE pretendiese imponer condiciones para confeccionar la lista electoral y con la que hubo que "tragar" porque, lo que se pretendía, era gobernar.

Tampoco es menos cierto que los posibles causantes de estos líos son los que muchos apuntan con el dedo, que lo son, pero hay más. El ejecutivo fue sobrellevando la situación hasta que Ofelia Rey y Javier Cuiña deciden irse de la junta de gobierno. Pena, ahora es consciente de que debe mantener la fortaleza del grupo, aprobar un presupuesto y hacer frente al problema urbanístico y económico.Recordará lo que dijo en campaña; que si ganaba, lo primero que haría sería tirarse de los pelos "por meterme nesto".g Alfonso Loño / SILLEDA

Pese a que la alcaldesa de Silleda, Paula Fernández Pena, dio el miércoles la crisis de su gobierno como superada y advirtió rotundamente que no habría más comunicados oficiales al respecto, ni la oposición ni parte de su propio partido se cree la pregonada unidad del equipo. En este caso, desde distintos frentes se pide al gobierno que recuerde el refrán que reza aquello de que malo es errar, pero peor es perseverar.

Silleda debe zanjar esta crisis, ahora borrada de un plumazo mediante una estrategia discutible, por el bien de los ciudadanos al que siempre alude el ejecutivo, que fueron los que le entregaron las responsabilidad de gobernar un concello que atraviesa por una situación financiera que no es nueva ya para nadie. Quizá la imagen que se intentó transmitir en la lamentable comparecencia en la casa consistorial fue tan sólo eso. No obstante, algunas fuentes aseveran que la fotografía que escenificó la fusión del PSOE con la Candidatura Independiente por Silleda (CIS), apoyada después, incluso, por el secretario xeral socialista, Emilio Pérez Touriño, y otros cargos de este partido, ya estaba, como mínimo algo desenfocada. Las desavenencias entre parte de la dirección del PSOE y los "independientes" que trabajaron para propiciar el desembarco en la alcaldía incluso habían comenzado antes y se prolongaron hasta hoy, pasando por momentos de más o menos unión que se rompieron en ocasiones por distintos motivos y también con diferentes actores.

En Silleda no sentó bien que el PSOE pretendiese imponer condiciones para confeccionar la lista electoral y con la que hubo que "tragar" porque, lo que se pretendía, era gobernar.

Tampoco es menos cierto que los posibles causantes de estos líos son los que muchos apuntan con el dedo, que lo son, pero hay más. El ejecutivo fue sobrellevando la situación hasta que Ofelia Rey y Javier Cuiña deciden irse de la junta de gobierno. Pena, ahora es consciente de que debe mantener la fortaleza del grupo, aprobar un presupuesto y hacer frente al problema urbanístico y económico.Recordará lo que dijo en campaña; que si ganaba, lo primero que haría sería tirarse de los pelos "por meterme nesto".