El exterior de la iglesia de Prado luce desde hace dos semanas una estampa idéntica a la que tenía antes de aquella madrugada del 17 de septiembre, en la que un rayo causó considerables destrozos en el campanario y la tribuna, así como en el retablo del altar mayor e incluso en el techo de la sacristía. Medio año después del incidente, y tras mes y medio de trabajo -las obras terminaron hace dos semanas-, la empresa ourensana Francisco Mascareña recuperó la estructura del campanario -restaurado con varias piezas originales y en las que faltan algunas por encintar-, así como parte del techo y la tribuna, "do que apenas se nota a diferenza co teito do resto do templo", que se había renovado hace unos doce años, según calcula Armando Penalta. La casa de este vecino se ubica en las cercanías del templo, por eso recuerda con exactitud las consecuencias de la tempestad desatada tras el último día de festejos parroquiales. "A igrexa encheuse tanto de fume que a roupa da Virxe das Mercedes quedou negra", de modo que la imagen luce ahora otra vestimenta, temporal, a la espera de que termine la restauración del recinto. Mientras, el icono de San Antonio y el del patrón San Martiño, "que a pesar de estar na zona superior do altar non sufriu ningún dano porque ten unha base moi ampla", reposan en el suelo del altar; a su vez, las imágenes de la Inmaculada, San Roque y San José ya han sido restauradas por María Alejos y aguardan, igualmente, a que se mejore la pintura y la estabilidad del retablo, dañada porque una de las paredes "xa se movera con anterioridade e asegurouse cuns ferros, pero agora éstes volvéronse desprazar", recuerda Penalta.

Son algunos de los muchos trabajos aún pendientes en la iglesia de Prado, cuyos feligreses acuden desde septiembre a oficios en los templos de Méixome y Bendoiro. "O peor de todo é que en maio estaban previstas dúas comunións, que terán que celebrarse noutra igrexa", lamenta Penalta, que ejercía las veces de sacristán. Lo mismo ocurre con funerales, bodas u otras liturgias.

Se ignora cuándo volverá a estar en funcionamiento esta iglesia, ya que en su interior quedan aún varias obras por acometer. "Faltan por colocar as ventanas, así como teito da sacristía, a rede de corrente e unha capa de pintura" de una de las paredes afectadas no sólo por la fatídica tempestad, sino por la humedad que ya antes se filtraba desde una de las puertas de acceso al campanario desde la tribuna, indica el pedáneo Luis Vidal. "Estamos en contacto con Patrimonio, que terá que vir posiblemente esta semana para facer un inventario dos danos. Despois disto, reunirase a comisión da igrexa para solicitar autorización ao Obispado e realizar as obras", aclara.

Daños colaterales

El impacto del rayo en el santuario afectó incluso a algunos de los nichos próximos al campanario, puesto que las piezas de éste causaron grietas en varias losas, selladas ya con yeso. "Algunhas pezas apareceron incluso nas fincas anexas ao cemiterio" recuerda Penalta. En todo caso, el vecino afirma que "aínda tivemos sorte, porque se a treboada chega a producirse na misa de mediodía, con tanta xente dentro da igrexa, si que habería unha desgraza".