O Castelete, As Sinas y Con Grande son los bancos marisqueros de Vilanova más afectados desde el verano por la una tremenda acumulación de algas que pone en riesgo la producción de almeja.

Tal circunstancia ha obligado a establecer un plan de eliminación del "limo" a la espera de que la naturaleza reaccione y regresen los temporales en el mar para arrastrar este manto que cubre el litoral.

Son 230 las mariscadoras afectadas en Vilanova que participan en el plan de limpieza con el propósito de reducir la acumulación de algas a la vez que llevan a cabo la extracción del marisco.

Por regla general unas 30 mujeres proceden a la retirada del manto que cubre los bancos mientras las demás tratan de coger el cupo diario autorizado al colectivo que ronda los 2.000 kilos de las distintas especies de almeja.

Este plan de trabajo en el que se combina marisqueo con limpieza se lleva a cabo dos o tres días a la semana, aprovechando las secas, pero las integrantes de la agrupación de la localidad también dedican todos los sábados a la retirada de algas en exclusiva, explica la patrona María José Vales.

La mariscadora subraya que esta situación es absolutamente "excepcional" pues nunca antes se había prolongado tanto esta pertinaz invasión.

"Es un año de mucha sequía y sobre todo no hay temporales en el mar que arrastren las algas por lo que se depositan en la orilla y cubren las zonas de cultivo", explica Vales.

Añade que la programación de limpieza semanal es imprescindible para preservar las especies marisqueras pues esos líquenes crecen de forma desmesurada con las actuales condiciones climáticas.

"Durante el verano las aguas están más calientes por lo que proliferan las algas y tampoco se remueven las aguas al no haber temporales". Agrega que un temporal de lluvia tampoco sería suficiente para resolver este problema.

Debido a ello, las mariscadoras han establecido turnos de tal modo que mientras treinta se dedican a la limpieza, otras 150, aproximadamente, recogen también sus cupos para que no pierdan ingresos.

Ello supone más horas de trabajo en el mar, un inconveniente que hay que añadir a los bajos precios que actualmente se pagan en la lonja.

Recuerdan que la limpieza de la zona se hace casi siempre de forma manual, si bien cuentan a veces con la ayuda de un tractor con el fin de apurar los trabajos, especialmente en la jornada del sábado.

La acumulación de algas en las playas arousanas suele producirse de forma esporádica todos los años, pero de una forma más pasajera por lo que las tareas de limpieza influyen menos en la actividad diaria de las mariscadoras vilanovesas.

En esta ocasión, las mariscadoras parecen resignadas a continuar con estas labores de limpieza varias semanas más pues no se atisba un cambio meteorológico importante que pueda varias las condiciones.