¿Qué ha sido de los más de 20.000 arousanos que no se vacunaron contra la COVID?

Los equipos sanitarios estimaron que ocho de cada diez vecinos participaron en las sucesivas campañas de vacunación

Una de las residentes de Servisenior, el día de la vacunación.

Una de las residentes de Servisenior, el día de la vacunación. / Iñaki Abella

Antonio Touriño

Antonio Touriño

Hasta cuatro veces ha invitado el Sergas a los ciudadanos a recibir la vacuna contra el coronavirus, una de las decisiones más delicadas pese a la respuesta masiva obtenida. Se cumplen ya tres años de aquellas enormes colas que daban la vuelta al pabellón de Fexdega, el recinto convertido en vacunódromo de la comarca de O Salnés, por el que peregrinaron miles de personas en primavera y verano. Más lejos queda la primera simbólica vacuna que el Sergas administró a los residentes de Servisenior en diciembre del año 2020. Tres años después, la vacuna del COVID se simultanea con la de la gripe. Es algo rutinario.

La memoria es tan selectiva que cuesta recordar que hace solo tres años algunas de las palabras más en boga se referían a las marcas de las vacunas de la COVID-19. Pfizer (pronunciado Fáicer), Moderna, Jansen (más bien Yansen), Única o Astrazéneca eran vocablos comunes en todas las familias pues quien más y quien menos le tocó elegir la del ARN mensajero o la más discutida de ADN o adenovirus.

Liberar el hombro era uno de los gestos habituales en el recinto durante la vacunación.   | // IÑAKI ABELLA

Liberar el hombro era uno de los gestos habituales en el recinto durante la vacunación. | // IÑAKI ABELLA / A.Touriño

Fue lo que ocurrió también en Vilagarcía, donde el vacunódromo de Fexdega se convirtió en un hervidero de personas desde el mes de marzo a octubre, con colas que literalmente daban a diario la vuelta al recinto, por los llamamientos por grupos de edad.

Hace ahora justo tres años que estaban siendo llamados los que tenían entre 40 y 30 años, pues también en este sentido inverso se primaba pinchar a los mayores sobre los de menor edad. Así hasta llegar a los niños, que fueron los últimos, sobre todo para evitar riesgos y ya en el Hospital comarcal.

Participación

Y a buena fe que la respuesta fue excepcional en O Salnés, con un 80% de participación de los ciudadanos invitados a secundar una campaña en la que todavía sobrevolaba la duda sobre la eficacia de la vacuna, pero en la que también se tenía miedo a la reacción que pudiera provocar.

Colas de jóvenes a la espera de entrar en el recinto de Fexdega en 2021.   | // IÑAKI ABELLA

Colas de jóvenes a la espera de entrar en el recinto de Fexdega en 2021. | // IÑAKI ABELLA / A.Touriño

Evidentemente que no era solo temor a lo desconocido sino que había fundamento. Baste con recordar que en la primera dosis, el equipo médico recomendaba guardar quince minutos de reposo por si aparecía alguna reacción adversa, que por cierto se dio aunque más por ansiedad que por la inyección en sí misma.

Tranquilidad con el paso de los días

Pero ya en el mes de mayo, tras observarse los efectos inocuos de la vacuna en los tramos de edad más avanzada, el ritmo de vacunación en Vilagarcía empezó a ser vertiginoso, gracias a los siete puestos que se instalaron para atender a todos los vecinos, e incluso llegaron a habilitarse espacios para los test PCR de las distintas campañas de cribado cuando se producían picos de la enfermedad que afectasen a algún colectivo concreto de población.

Se habían acabado ya gran parte de las restricciones, desde el confinamiento más duro entre marzo y junio de 2020, incluidos los sucesivos cierres perimetrales de localidades que mantenían en vilo a la población por si la pandemia volvía a reactivarse, pues las camas de las UCI aún estaban completas.

Ya sin marcarillas

Una respuesta respuesta masiva que ha sido la que permite que a día de hoy ni siquiera sean necesarias las mascarillas a excepción de los servicios médicos de urgencias y zonas restringidas de hospitales.

Con todo, cabe subrayar que dos de cada diez ciudadanos de O Salnés, como mínimo, han declinado la invitación de vacunarse, mientras otros se han visto en la obligación social de ponerse hasta otras tres dosis más de refuerzo, simplemente para que el Sars Cov-2 se encuentre hoy a raya y ya no se considereun riesgo para la salud pública.

Las cuentas son muy sencillas en O Salnés donde unas 25.000 personas aproximadamente han eludido el planteamiento del Sergas, lo que obviamente les ha influido en aquella ocasión pues sin vacuna tenían restringido, por ejemplo, alquilar una habitación en un hotel.

Trabajo incansable

No se puede olvidar en este caso el ímprobo trabajo que correspondió a los enfermeros del área sanitaria de O Salnés que durante casi un año entero se han visto sometidos al mayor riesgo de contraer la enfermedad al estar en contacto con una población tan elevada durante doce o más horas cada día, domingos y festivos incluidos.

La buena evolución de la enfermedad en aquel 2021 alivió en cierto sentido esta actividad pues inicialmente, como recordarán los arousanos de mayor edad pues en los primeros llamamientos les vacunaban una especie de “astronautas”, protegidos con epis de los pies a la cabeza.

En suma, nadie salió ganando en la pandemia. Es un decir.

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