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Otra fiesta que se queda sin comida

Castrelo agotó su paella en apenas dos horas debido a la avalancha de comensales

Los cocineros terminan de echar arroz a la gran paella. // Iñaki Abella

Eran las 15.50 horas, y un miembro de la comisión de fiestas de Castrelo explicaba a un grupo de comensales que ya no les podía vender tiques para la paella. Un centenar de personas tuvo que marcharse tras haber esperado un buen rato con la esperanza de probar el arroz con marisco y carne que la parroquia de Castrelo servía por sexto año consecutivo en su campo de fiestas.

La Festa da Paella de Castrelo ha sido un éxito en cuanto a público. El presidente de la asociación vecinal y cultural Comisión de Festas de Castrelo, Manuel Cacabelos, explicó a media tarde que "por haber había más comida, pero si vendemos más tiques habría que ponerle menos comida a la gente, y tampoco queríamos eso".

La comisión de Castrelo celebra varias fiestas gastronómicas a lo largo del año, con las cuales recaudan dinero no solo para la organización de las verbenas, sino también para echar una mano a los socios cuando están en apuros. Incluso cuentan con un abogado, que ofrece consultas jurídicas gratuitas a los miembros de la asociación. Y la Festa da Paella ya se ha hecho un hueco especial en el calendario, al celebrarse el día del Apóstol.

Publicidad en las playas

El de ayer era un día propicio para llenar el campo de fiestas, y así pasó. "Nos quedamos escasos de paella, porque entre que ya somos 950 socios y que dejamos mucha publicidad por las playas, vino más gente de la esperada". De hecho, los cambadeses estuvieron dejando publicidad en arenales de O Grove, Sanxenxo, Poio, A Illa o Vilagarcía.

En la paellera, de dos metros de diámetro, se cocinaron 100 kilos de arroz, y otros 100 kilos de carne de ternera y pollo, legumbres, berberechos, almejas, mejillones y langostinos. La ración costaba ocho euros para los socios de la asociación, y diez para los demás. El precio no solo incluía la comida, sino también un baile con música en vivo, que se prolongó hasta bien entrada la tarde.

Además, en el transcurso del evento se sortearon rifas para el sorteo de un Mercedes clase E de 150 caballos, que tendrá lugar a finales de año. Cuestan dos euros, y cada una dispone de dos números.

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