El Concello de O Grove, uno de los municipios de mayor proyección turística de Galicia, volvió a ser el gran ausente en el reparto de banderas azules efectuado el lunes en Baiona. Ya se había ausentado de este acto en la anterior edición, en señal de protesta después de que la Adeac quisiera obligar al municipio meco a compartir con Sanxenxo el galardón de la playa de A Lanzada.

Y la protesta continuó, de ahí que el gobierno local decidiera no presentar candidatura este año, por eso no le corresponde ninguna de esas distinguidas enseñas de calidad.

El ejecutivo local confía la diferenciación de sus playas a una bandera propia de "excelencia turística" y no descarta solicitar la Q de Calidad -ya se realizaron los primeros trámites- para que esta característica bandera blanca ondee en algunas de las zonas de baño mas destacadas de la localidad meca.

En cualquier caso el alcalde, José Cacabelos, insiste en que "se prestarán todos los servicios necesarios en las principales playas, como si tuvieran la bandera azul, y desde luego garantizamos la calidad de nuestras aguas de baño".

A modo de ejemplo, decir que el municipio está inmerso en el proceso de contratación de socorristas, patrón de embarcaciones deportivas y sanitarios.

José Cacabelos mantiene así su firme rechazo al sistema empleado por la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) para conceder las banderas azules de las playas.